El destino de un preso, en sólo dos palabras

Pocos documentos oficiales circulan sobre la vida en los campos leoneses. Existe una nota que certifica la ‘vacunación antitífica’ del preso Gonzalo Cadrecha bajo el epígrafe expreso de ‘Campo de Concentración de Prisioneros de San Marcos y Santa Ana’ y también una curiosa petición reproducida a la izquierda. Un trabajador de Campsa pregunta si está en San Marcos un cuñado suyo, Manuel Fernández, cacereño pero residente en Barcelona, hecho prisionero en la guerra y del que nada saben, y ofrece también el nombre de su compañero de ametralladora, Climent Bonet, «que creo está en la cocina de dicho campo». La respuesta, garrapateada en un pequeño trozo de papel, es breve y brutal: ‘Que murió’. Sin más explicaciones.