Para sobrevivir al olvido
Acierta solo a medias el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuando aseguró que el reconocimiento de Palestina como Estado observador en la ONU «no cambiará nada en el terreno y no promoverá la creación de un Estado palestino, sino que la alejará». Tiene razón en que a medio y corto plazo, la situación de los palestinos en los territorios ocupados no variará, incluso puede que empeore, pero en cuanto a que alejará la posibilidad de tener un Estado resulta más discutible. Tal cómo está el panorama en Cisjordania y Gaza es difícil que esa utopía pueda estar más lejos de hacerse realidad de lo que está ahora.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu hace tiempo que se muestra decidido a gestionar el conflicto por la fuerza de los hechos y de su superioridad militar, en vez de implicarse de lleno en la reactivación del proceso de paz.
La opinión pública israelí parece respaldar esta opción y todo apunta que la reflejará con claridad en las urnas el 22 de enero con su respaldo al actual Ejecutivo.
Los erráticos cohetes lanzados por Hamas suponen todavía una amenaza que sigue costando vidas, aunque Israel puede ir reduciendo los efectos a través del sistema de prevención ‘cúpula de hierro’ y las expeditivas represalias de castigo. La asimetría en este terreno es la misma de siempre: cinco muertos israelíes frente a 142 muertos palestinos en ocho días de escalada.