Diario de León
Publicado por
andrés aberastuti
León

Creado:

Actualizado:

L o de Artur Mas no tiene nombre. Su carrera política es una sucesión de fracasos que el presidente no está dispuesto en manchar ahora con un éxito así que vuelve a convocar elecciones en Cataluña con la misma pertinaz y absurda obcecación con la que hasta hace unos días lo peces bebían en el río y volvían a beber. Aunque nadie nunca haya sabido por qué, a los famosos peces les guiaba un afán al menos noble: bebían y volvían a beber por ver a Dios nacer. ¿Qué espera Más que engendre esta nueva convocatoria hecha por mandato de Esquerra, según los deseos de Esquerra y a beneficio de Esquerra? Ha puesto en peligro -y habrá que ver qué pasa- la histórica alianza con Unió; ha marginado, aunque no lo quiera reconocer y nadie se lo diga claramente, a un sector básico en Convergencia, esa burguesía catalana tan sabia que está orgullosa de sentirse muy catalana, bastante conservadora pero me temo que poco independentista si alguna vez llega la hora de la verdad. Artur Mas me recuerda mucho, físicamente, a Clark Kent, el periodista tranquilo que escondía en su interior nada menos que a Supermán. Pero ni «La Vanguardia» es el «Daily Planet», ni Pilar Rahola es exactamente Lois Lane, ni Barcelona tiene mucho que ver con la mítica ciudad de Metrópolis. Y da igual que políticos e instituciones europeas le adviertan de su aislamiento, da igual que grandes economistas le anuncien el desastre de una Cataluña independiente y da igual que hasta los estudiantes de primero de Derecho le expliquen que eso de las elecciones plebiscitarias no sólo es propio de regímenes totalitarios sino que ni se contempla en ningún país medianamente serio. Mas no quiere saber nada y convoca unas elecciones que va a perder con/contra Esquerra, que no van a tener más que fatales consecuencia de dolorosas rupturas interiores y que, naturalmente, no van a conseguir la independencia de Cataluña por mucha declaración unilateral que en su momento se planteé. Comprendo que es triste para Artur Mas, pero la radiografía es la que es y lo que no se entiende -porque Mas debe ser un buen hombre- es que esté tan ciego y no vea el tumor que aparece nítido en la placa negra de una Cataluña que se merece mucho más de lo que tiene.

tracking