El pequeño demonín del Bierzo
El interior de la ermita de Parajís, con el ángel y el demonio al fondo.
En el Bierzo hay una talla del demonio. Quizás no muchos lo saben, pero si los vecinos del pequeño pueblo de Parajís, en el que viven cuatro personas. En esta pequeña localidad las puertas de su ermita se abren cada primer domingo de octubre para celebrar su tradicional romería en honor a los Santos Ángeles Custodios. Allí, en su altar, comparten espacio la talla del Ángel de la Guarda y la de un demonio, al que todos llaman ‘O Demin’ o ‘El demonín’. De ella se cuentan multitud de historias, leyendas que han pasado de una generación a otra entre los vecinos de este pueblo perteneciente al municipio de Balboa.
Algunos cuentan que «el ángel tiene a sus pies un niño desnudo que quiere representar un alma perseguida por el demonio. Entonces se aparece el Ángel de la Guarda protegiendo con su mano al niño y deteniendo con su cruz al demonio»
Sea como sea, lo que es cierto es que la imagen del O Demin infunde respeto entre quienes la conocen. Dicen que un año se sacó en procesión y entre chanzas ocurrió que la talla cayó al suelo y al poco tiempo llegó alguna que otra desgracia. Por eso ahora el ‘demonín’ no se saca nunca de procesión y sigue en la pequeña ermita de Parajís compartiendo protagonismo con el ángel.
Algo más del demonio se ha contado por otras partes de la provincia. En las paredes de la Iglesia de Santiago, en la localidad de Chana de Somoza, un desconchón en una pared encalada dejó al descubierto un diablo rojo con cuernos y alas de murciélago.