Roma deja paso al Nazareno
Los hermanitos suben al cielo
Recuerda César Cifuentes Salvadores la noche de Jueves Santo que pasó procesionando las nuevas andas de La Dolorosa para comprobar que podía pasar por las estrechas calles de León. Ahora, con la autoridad que le confiere ser el hermano más antiguo de la cofradía, muestra su emoción ante los preparativos para que El Nazareno muestre la pasión, belleza y devoción del Dulce Nombre entre los muros del kilómetro 0 de la Cristiandad

Imagen del rostro de El Nazareno
Las cornetas y tambores retumbarán sobre los muros del Coliseo y Roma se detendrá para contemplar el paso del Nazareno. El Dulce Nombre de Jesús llega a la Ciudad Eterna para mostrar al mundo la belleza y el misterio que envuelve la Semana Santa de León, una de las tres que ha sido elegida por el Vaticano para celebrar el Jubileo de las Cofradías. En el kilómetro 0 de la fe, testigo de la Pasión vivida por los cristianos que traspasaron el tiempo, continúan estos días los preparativos para una jornada única, en la que miles de cofrades escoltarán a Jesús en su camino al Gólgota y a los hombres en su escalada hacia la Esperanza. Este hito histórico, que verán millones de personas en todo el mundo, estará protagonizado por Sevilla, Málaga y León cuyo fervor de siglos romperá fronteras en un evento sin precedentes.
Si bien no es la cofradía más antigua de España, título que ostenta Toledo y que fundó el rey leonés Alfonso VI en 1085, pocas tienen una historia y un patrimonio semejante. Fue en 1.601 cuando ocho leoneses se reúnieron para crear una cofradía con la que «servir a Dios Nuestro Señor y a honra y gloria del Santísimo Nombre de Jesús Nazareno» y eligieron como sede el Real Convento de Santo Domingo el Real.

Imagen del recorrido que hará El Nazareno en Roma
La historia de esta procesión comienza hace dos años, cuando el Dicasterio para la Evangelización del Vaticano pone en marcha el proyecto y contacta con Paloma Saborido —malagueña y hermana de «la Pollinica»— para que coordine el acontecimiento. Tal vez por ello, en un principio las únicas cofradías que estaban destinadas a procesionar eran la archicofradía de la Esperanza de Málaga y la del Cristo de la Expiración de Sevilla, que llevará la talla conocida como 'el Cachorro'. Poco después se decidió que a ellas se unieran las devociones sicilianas y genovesas. Pero faltaba algo y esa ausencia ocupaba cada vez más espacio. La escenificación del Viernes Santo contaba con La Dolorosa y el Cristo crucificado, así que en el relato de la Pasión se echaba en falta al Nazareno. Fue precisamente ahí donde surgió el «milagro» con el que todo encajó. El Dulce Nombre de Jesús emerge en el acontecimiento a través de su historia, su expresión y su significado artístico y devocional y la talla de Gregorio Fernández se convierte así en un emblema de la fe leonesa entre las piedras ancestrales de las calles romanas.

César Cifuentes, el última día que pujó La Dolosa

César Cifuentes, de niño, cuando comenzó como papón en El Dulce Nombre
Nada pasa por azar. O si. De repente alguien recuerda que catorce años atrás hubo una imagen que le conmovió. Podría no haber mirado o pudo haberlo hecho sin que nadie le devolviera la emoción de ese encuentro. Fue el arzobispo Rino Fisichella, prefecto del Dicasterio para la Evangelización, quien se quedó prendado de los ojos del Nazareno en la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 en Madrid y tanta debió de ser la impresión que aún hoy lo recuerda. El resto fue labor de Monseñor José Manuel del Río, leonés y devoto desde niño de la procesión de los Pasos, que veía desde su casa del barrio de Santo Martino. El sacerdote, administrador del Dicasterio para el Culto Divino y prelado de honor del Papa, puso en común todas las voluntades para lograr este final, comunicado al obispo de León en 2024. Como él, César Cifuentes Salvadores, papón del Dulce Nombre, con el carnet número dos y carta de pago 532, «era un niño cuando entré en la cofradía», recuerda y también cómo miraban al cielo con la esperanza de que saliera el sol, aunque la procesión siempre salía, con lluvia o nieve. «Cómo no me va a emocionar ahora pensar en que el Nazareno va a procesionar en Roma».
El Dulce Nombre de Jesús Nazareno celebrará sus cultos en Roma en la Basílica de Santa Andrea della Valle, un templo cercano al Panteón, en el corazón romano de Pigna, una de las zonas más monumentales de la ciudad, si bien la cofradía no ceja en su intención de que esté presente en la Eucaristía del domingo en San Pedro. En Santa Andrea será donde la cofradía celebrará la misa de hermandad el 16 de mayo presidida por Monseñór Luis Ángel de las Heras. Allí estará expuesto el Nazareno para el Besapié y la veneración extraordinaria durante todo el día. Además, en la misma Basílica se celebrará un concierto de la Agrupación Musical de la Cofradía. Santa Andrea dela Valle cuenta con la tercera cúpula más alta de Roma, decorada con frescos sobre el Paraíso, mientras que la impresionante bóveda central contiene escenas sobre la Virgen María.

Imagen del Nazareno
Su traslado no será sencillo. Más bien al contrario, ha requerido meses de planificación, un seguro que ronda los siete mil euros y una infraestructura que garantice la seguridad de la talla y de todo lo que le acompaña: peana, candelabros, alfombras, flores... Un camión especial de 17 metros y un transporte climatizado han sido necesarios para que el Nazareno llegue en perfectas condiciones a la cita.
Hoy como ayer... César Cifuentes rememora el año en el que se hicieron nuevas andas a La Dolorosa e hicieron la noche de Jueves Santo todo el recorrido — sin la imagen— con el objetivo de comprobar que las calles no obstaculizaban el camino de la peana. «Al llegar a Santa Nonia, comenzamos a montar el paso y poco después ya estábamos de nuevo en la procesión». Eran 20 o 25 papones por paso, muchos menos que en la actualidad y Antonio García Lubén era el seise. «A partir de entonces, la procesión comenzó a pasar por delante de su casa, en Ordoño II». Lamenta que ahora, en el Encuentro, los braceros bailen a la Virgen. «Hay que mecerla. Despacio, con mucha suavidad, como hacíamos entonces», defiende y añade que la procesión debería recuperar las cruces, que están en el origen de la propia cofradía, y las horquetas de los braceros que llevan el paso. En la familia son ya cuatro generaciones de hermanos del Dulce Nombre, una saga que comenzó con el padre de César, Teodoro Cifuentes Castañón, y que lleva a sus espaldas el legado de cuatro siglos.
Un recorrido cargado de historia
La procesión no es solo un acto de fe, sino una declaración de intenciones. El itinerario ha sido cuidadosamente elegido para conjugar la logística con la simbología. El paso del Nazareno y sus acompañantes recorrerán calles donde el cristianismo echó sus primeras raíces, como las inmediaciones del Coliseo, donde las primeras comunidades cristianas se congregaban en la clandestinidad. Sin embargo, el Vaticano ha marcado límites. La procesión no llegará a la Plaza de San Pedro, aunque se ha solicitado que el Nazareno esté presente en la misa jubilar del domingo. Aún queda por confirmar si compartirá este honor con las imágenes sevillanas y malagueñas.

Monseñor José Manuel del Río con Su Santidad el Papa Francisco
Monseñor José Manuel del Río: "«Todo comenzó en la JMJ y Rino Fisichella»
— Todo comienza con la organización del Jubileo de la Esperanza en el Vaticano. Desde hace más de un año, se pensaba en hacer una procesión especial en Roma y, en principio, se contó con Paloma Saborido, una persona de Málaga, porque en su ciudad se celebra un encuentro importante de cofradías españolas. Sin embargo, pronto se hizo evidente que esto no podía limitarse a Málaga, sino que debía representar mejor la Semana Santa española. Ahí es donde entramos nosotros.
— ¿Cuál fue su papel en esta iniciativa?
— Como llevo treinta años en Roma, conozco a muchas personas dentro del Vaticano. En este caso, hablé con monseñor Rino Fisichella, responsable de la organización del Jubileo. Le planteé que, además del Cachorro de Sevilla y la Virgen de la Esperanza de Málaga, faltaba un Cristo en camino, un Nazareno. Es decir, un Cristo que no estuviera ya crucificado, sino en camino hacia el sacrificio. Presentamos nuestra propuesta, y finalmente se aceptó la idea de incluir al Nazareno de León.
— Seguramente no fue un proceso fácil. ¿Hubo alguna resistencia por parte de otros organizadores?
— Muchísima. Sevilla y Málaga tenían una presencia muy fuerte en la organización, y no estaban del todo convencidos de incluir a un Cristo de León. Pero con paciencia y argumentando que la devoción al Nazareno también es muy significativa, logramos que se aceptara. Además, con el tiempo, se fueron sumando otras imágenes de Italia, como un Cristo genovés y una Virgen siciliana.
— ¿Cómo será la procesión en Roma? ¿Podría contarnos más detalles sobre el recorrido y los participantes?
— La procesión se ha estructurado de una manera muy especial. Comenzará detrás del Coliseo, en la zona del Celio, y hará un recorrido de más de cuatro kilómetros. Pasará por el Circo Máximo y regresará al punto de partida. La encabezaremos con un gran crucifijo procesional, seguido por el Nazareno y su comitiva de 450 hermanos. Luego vendrán las demás imágenes españolas e italianas, y cerrando la procesión estarán el Cachorro de Sevilla y la Esperanza de Málaga.
— Imagino que la organización de un evento de tal magnitud implica un gran despliegue de seguridad. ¿Qué medidas se han tomado en este aspecto?
— Sin duda, es un reto logístico y de seguridad muy grande. Estamos hablando de la movilización de miles de personas en un recorrido largo y complejo. Se han tomado medidas especiales, como el desmontaje de las catenarias del tranvía para facilitar el paso de los pasos procesionales. Además, hay coordinación entre el Vaticano, el Ayuntamiento de Roma, la Policía Nacional y el Ministerio del Interior de Italia. Habrá un dispositivo de seguridad muy fuerte porque se espera una gran afluencia de personas, tanto locales como peregrinos de diferentes países.
— ¿Hay una estimación de cuánta gente podría asistir?
— Aunque es difícil dar una cifra exacta, se esperan miles de personas. De León, por ejemplo, viajarán unas 800 personas, entre cofrades y acompañantes. Desde Málaga se prevén al menos 800 también. Si sumamos a los sevillanos, los peregrinos de otras regiones de España y la cantidad de turistas y fieles en Roma, será un evento multitudinario.
— Además de la procesión, ¿Habrá otros actos religiosos o culturales relacionados con la presencia del Nazareno en Roma?
— Sí, el día anterior a la procesión, el Nazareno estará expuesto en la Basílica de Santa Andrea della Valle, en la Vía del Corso Vittorio Monetti. Ahí se celebrará una misa solemne presidida por obispos y, después, un besapié. También se ha organizado un concierto de la banda de música de la cofradía. La idea es que los fieles puedan tener un momento de reflexión y devoción antes del gran evento.
— ¿Se sabe si el Papa estará presente en alguno de estos actos?
José Manuel: Aún no se ha confirmado. Todo depende de su estado de salud. Si está bien, es posible que presida la misa, pero podría delegarla en otro cardenal si no se encuentra en condiciones. En cualquier caso, el evento tiene un respaldo muy fuerte del Vaticano.
— Para finalizar ¿Qué significa para León y su cofradía formar parte de este evento histórico?
— Es un orgullo inmenso. No se trata sólo de llevar una imagen a Roma, sino de representar a toda una ciudad y a su tradición de Semana Santa, que es de gran valor histórico y devocional. Es una oportunidad de mostrar al mundo la importancia de nuestra fe y nuestra cultura. Además, refuerza el reconocimiento internacional de la Semana Santa de León y de Castilla y León en su conjunto.
Y es que la participación del Nazareno de León en esta procesión ha despertado tanto entusiasmo como recelos. Mientras que Sevilla y Málaga han acaparado titulares, la presencia leonesa ha sido pasada por alto en numerosas publicaciones. Un silencio que aquí algunos perciben como una muestrav de desdén. «Nos están obviando», dicen desde la cofradía, conscientes de que la Semana Santa es también una pugna por la visibilidad y el prestigio. Sin embargo, son conscientes de que no toca más que sentirse agradecido y lograr que la esencia de León impregne la procesión. Para ello, la Guardia Civil escoltará al Nazareno, y 400 hermanos se turnarán para pujar el paso por las calles de la capital italiana.
La hazaña de José Manuel del Río es mayor de lo que podría pensarse. De hecho, el Vaticano ha recibido del orden de 1.400 peticiones de cofradías de toda Europa para participar en la procesión. No es para menos, puesto que la publicidad que supone este acontecimiento no se paga con dinero. Es incalculable. Por ello, la cofradía apela a las instituciones para que la representatividad sea acorde a la importancia del acontecimiento. «Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, encabeza las delegaciones de Málaga y Sevilla», señalan y recuerdan que este es un hito que puede no volver a producirse.
Los hermanos del Dulce Nombre aseguran que el crecimiento en la asistencia al Encuentro es un síntoma de la importancia que la procesión tiene no solo en España sino en el resto del mundo. «De hecho, tenemos un pulso importante que son los datos de la venta de entradas del Encuentro. El 20% es extranjero», destacan y añaden que también lo saben por los paquetes hoteleros que compran estos turistas. Y es que en esta travesía histórica, no solo se juega la devoción, sino el reconocimiento de una tradición que aspira a trascender fronteras.
La pregunta ahora es qué impacto tendrá esta experiencia en la cofradía y en la capital leonesa. En la organización hay quienes sueñan con que este hito impulse el interés internacional por su Semana Santa, atrayendo a devotos y curiosos desde Estados Unidos o México, donde el fervor religioso se traduce en cifras millonarias. «Hay que aprovechar esta oportunidad», comentan, conscientes del potencial turístico de un evento que podría proyectar la imagen de León más allá de sus fronteras. Mientras tanto, los tambores siguen sonando en Roma para que el Nazareno del Dulce Nombre de Jesús se prepare para su gran día, en un escenario que nunca antes le había visto desfilar.