¿Listos para otro gran apagón? El desafío de las sombras
El apagón que ha sufrido el país desvela la vulnerabilidad de una sociedad que depende para todo de la electricidad. Fue el desafío de las sombras. ¿Está León preparado para otro gran apagón?

La Catedral de León, a oscuras
Lunes, 28 de abril de 2025. 12,33 horas. El bar se queda a oscuras. Sorpresa inicial. Siguen los instantes sin luz. Tranquilidad. “Ya volverá”, comenta alguien. Apenas tres minutos más tarde llegan las primeras noticias. “Es en España, Portugal y parte de Francia”. Se sirve el último café caliente y un pincho de tortilla. “Por si no puedes comer después”. Los teléfonos se quedan en silencio. No hay internet. Un vecino conecta una radio a pilas. “Es un apagón general, va para largo”, anuncia. Los clientes cambian los cafés por las cañas. Y empieza la organización cívica. Una especie de gran kit de supervivencia vecinal. El dueño del bar saca dinero en efectivo y se lo presta a quienes no tienen líquido. No funcionan los cajeros. Una vecina que tiene cocina de gas se ofrece a cocinar para las familias que tiene niños o ancianos. La inducción no va. Quienes tienen los coches en la calle se ofrecen a hacer de taxistas. Las trapas son eléctricas. El farmacéutico recorre los domicilios de los pacientes crónicos para asegurarse de que no les faltan medicamentos. El sistema informático del Sacyl no va pero ya se arreglarán las recetas. Avanzan las horas. Las terrazas siguen llenas y la cerveza se va vaciando. Los supermercados, también. Se ofrecen latas de conserva y algo de pan. Hay intercambio de velas, linternas y pilas. “Por si esta noche la pasamos a oscuras”. El bar se llena aún más. Los trabajos han cerrado. Todos para casa. En realidad, todos a la calle. Los parques se llenan. Hace sol. Y ruido. De conversaciones. De compartir las noticias que llegan. De radios que funcionan. De niños jugando sin mirar el teléfono. Hasta que a las 19,30 vuelve a luz a León. Y la vida regresa a lo de antes.
A Montserrat Ferrer Juliá, coordinadora del Máster en Riesgos Naturales de la Universidad de León, el apagón le ha pillado, como a todos, por sorpresa pero no desprevenida. Tiene un kit de emergencias dispuesto en su casa desde hace tiempo. Desde antes de que la Comisión Europea recomendara que todos los hogares de la UE tuvieran listo un equipo de productos básicos en casa para estar preparados ante las turbulencias del clima, la sombra de la guerra y la amenaza invisible de los ciberataques. Lo suficiente para poder sobrevivir las primeras 72 horas antes de que llegara la ayuda oficial. Diez días antes, el 19 de abril, una encuesta de Sigma 2 revela que el 59% de los españoles ve innecesario el kit de subsistencia aunque un tercio confiesa que lo preparará.
“Los ciudadanos debemos estar preparados para afrontar emergencias. Y sí, el famoso kit de emergencias que se propuso desde la Unión Europea hace unas semanas puede ser un primer paso”, advierte Montserral Ferrer Juliá.
El apagón pilló al consejero de Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez Quiñones, en Ponferrada, en medio, gran paradoja, de la firma de un documento con el alcalde para renovar y gestionar la iluminación de la ciudad. De la incredulidad inicial, “por la extensión nacional y a otros países” -”no hay precedentes”, desliza como crítica política”, pasó a la acción. Ordenó la puesta en marcha de los mecanismos de Protección Civil de la Junta de Castilla y León, del 112 y del Centro de Coordinación de Emergencias de Protección Civil de la Junta de Castilla y León (CCE) y viajó a la sede de la Consejería en valladolid, donde se había constituido ya el Cecopi (el Centro de Coordinación Operativa Integrado Autonómico), que había comenzado a operar presidido por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.
“El Covid, la dana y por último el apagón sufrido este 28 de abril son fenómenos que, aunque son de origen muy dispar, muestran la vulnerabilidad de nuestra sociedad”, advierte Ferrer Juliá. Una especie de aviso a navegantes para el futuro, que nadie sabe cuánto de lejos está.
Lo cree también el consejero Suárez-Quiñones. “Lo que es claro es que este suceso, que no tiene precedentes, es un antes y un después del que la sociedad, instituciones, empresas y particulares tenemos que sacar conclusiones y acometer aquellas acciones que sean necesarias para estar mejor preparados, como sociedad, ante su eventual repetición. Nosotros, como Junta de Castilla y León, lo estamos haciendo. Suponemos que el resto de administraciones, empresas y particulares también”, apunta este leonés responsable autonómico del 112 y del Cecopi. En él recaen estas competencias en la comunidad autónoma.
“En el mundo de las emergencias esta vulnerabilidad se mide teniendo en cuenta los elementos que son expuestos, como son los ciudadanos, negocios, infraestructuras, su capacidad de protección y reacción inmediata y su capacidad de recuperación”, explica la responsable del Máster en Riesgos Naturales de la ULE. Y algo más: “ La Administración tiene un papel relevante con la gestión del territorio y los recursos, como prevención a fin de minimizar los daños y facilitar la recuperación, pero los ciudadanos deben ser parte activa también”.
Es la lección aprendida del apagón. “Todos, lo publico y lo privado, tienen que hacer un análisis urgente de los aspectos críticos de la incidencia, determinar sus soluciones y dictar las normas y acometer las actuaciones necesarias con urgencia. La Junta lo está haciendo”, señala el consejero.
Kit de emergencia mínimo que propone Montserrat Ferrer Juliá
Cada evento según su naturaleza y su magnitud tiene consecuencias muy dispares, pero a nivel general, hay una serie de objetos que pueden facilitarnos esas primeras horas de la emergencia:
- Alimentos no perecederos: la electricidad puede no funcionar, por lo que necesitaremos alimentos que no perezcan fácilmente y que no se hayan de cocinar. Conservas (latas) de legumbres / verduras / pescado / carne, barritas energéticas, frutos secos, galletas, chocolate, pueden ser un ejemplo de qué tener almacenado para cubrir nuestras primeras 72 horas
- Navaja multiusos y abrelatas manual: a veces la anilla de apertura de algunas latas se rompe y este tipo de instrumentos puede facilitar su apertura
- Agua: el agua puede no llegar o llegar en malas condiciones, por lo que es necesario almacenar uno o dos bidones de 5 litros en función del número de personas (se calculan 3 litros/persona/día). Si alguien no tiene espacio en casa para estos bidones, una posible alternativa son las pastillas potabilizadoras de agua. En caso de que empiece la emergencia y todavía tengamos agua corriente en la vivienda, es aconsejable llenar un par de cubos, por si las plantas potabilizadoras de agua dejan de funcionar. De esta manera se tendrá suficiente agua para temas de higiene, etc
- Silbato, para pedir ayuda
- Linterna
- Radio de pilas
- Pilas: en este caso es importante que las pilas se guarden fuera de la radio y la linterna ya que pueden estropearse. Es aconsejable que sean pilas nuevas y, a ser posible, almacenar otras de repuesto
- Botiquín de primeros auxilios, que incluya una caja de aquella medicación que el ciudadano tome diariamente, tijeras, gasas y esparadrapo
- En caso de utilizar lentillas, es aconsejable incluir unas gafas o algún juego de lentillas con su correspondiente líquido de limpieza
- Toallitas húmedas, por si nos quedamos sin acceso a agua
- Papel higiénico
- Mascarillas, para filtrar el aire contaminado o con polvo
- Alguna bolsa, para guardar basuras, cosas que nos hayamos de llevar rápidamente, lo que sea
- Dinero, en emergencias nos hemos de olvidar de las tarjetas y bizum; tampoco siempre funcionan los cajeros automáticos
- Todo lo necesario para los animales de compañía: comida, pienso, medicinas etc
Estar preparados para otro gran apagón es una responsabilidad compartida entre administraciones y ciudadanos, entre quienes administran y los administrados, advierten Ferrer y Quiñones.
“La Administración tiene un papel relevante con la gestión del territorio y los recursos, como prevención a fin de minimizar los daños y facilitar la recuperación, pero los ciudadanos deben ser parte activa también. Todos nosotros debemos colaborar en la construcción de una sociedad resiliente, una sociedad cuya recuperación sea más rápida y fácil ante diversos fenómenos. ¿Y qué podemos aportar? Sencillamente, estar preparados”, indica Ferrer Juliá.
El consejero, como la experta en riesgos naturales, tiene un kit en su casa. Agua, conservas, primeros auxilios, linternas con y sin pilas… “Pero personalmente he hecho la misma reflexión que hay que llevar a lo público, y es que hay que ampliar esa dotación, pero con responsabilidad. Es decir, no se trata ahora de acopiar cosas de forma desproporcionada, e incluso de elementos peligrosos, como combustibles líquidos y gaseosos, etc”. Y ha hecho, además, otras reflexiones.

Porque el apagón dejó en evidencia la extremada dependencia de una sociedad electrificada. Servicios básicos como cajeros automático o gasolineras dejaron de funcionar.
“Se está estudiando, desde el mismo día de la crisis, las reformas normativas que estén en el ámbito de las competencias de la Junta de Castilla y León para que cosas como esta tengan otra configuración y garanticen con más facilidad el acceso a estos servicios. Durante el incidente sí tuvimos disponibilidad de combustible sin estrecheces para los servicios públicos, pero han existido lugares puntuales en los que el no funcionamiento de la gasolinera tenía unas consecuencias negativas que no se pueden repetir y se tomarán medidas al respeto. No obstante, el Sistema de Emergencias de Castilla y León tiene disponibilidad de generadores autónomos que asignamos allí donde algún servicio a los ciudadanos lo precisa”, explica Suárez-Quiñones. Un aviso al sector privado.
Lo que añade la UE en el kit de suprevivencia:
- Un cámping-gas o un hornillo o cocina portátil a gas
- Cerillas y encendedores multiusos
- Pastillas de yodo
- Cinta adhesiva
- Un extintor
Durante las horas que duró el apagón, la comunicación fue imposible. Falló WhatsApp, internet, la telefonía móvil y fija, los medios de comunicación y las radios salvo algunas excepciones. Tampoco pudo funcionar el sistema Es-Alert, que no estaba operativo porque la señal depende de la telefonía móvuil. Si se hubiera necesitado informar de algo urgente a la población, por ejemplo que se recluyeran en casa, ¿cómo se habría hecho, con qué medios?
“Si hubiese sido necesario, activar mensajes del sistema Es-Alert en la medida en que pudiese estar operativo sin energía eléctrica, utilizar para su difusión las radios y televisiones porque había hogares con suministro de energía autónoma y los aparatos de radio no internet funcionaron y, desde luego, también a través de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía y policías locales, a través de sus vehículos patrulla que tienen sistemas de megafonía. Y de ser necesario, a través de de nuestro personal público del operativo de prevención y extinción de incendios, en funciones de rotección civil, y el sistema de la Junta de Rescate, con todos los medios terrestres y aéreos de que disponemos, la Fuerzas Armadas, especialmente la Unidad Militar de Emergencias, radioaficionados… “.
El Cecopi funcionó. El consejero tranquiliza con una explicación pormenorizada. “El sistema está protocolizado para que todos los responsables y sistemas se pongan en marcha, sabiendo cada uno lo que tiene que hacer. La Junta activó sus planes de contingencia para mantenerse operativos los servicios públicos. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, compareció en el Centro de Coordinación de Emergencias a los cinco minutos de declarada la emergencia, y allí fueron llegando los consejeros y consejeras de servicios esenciales y sus equipos sin que hubiese habido convocatoria alguna. Todos sabemos lo que tenemos que hacer. De forma inmediata se constituyó el Centro de Coordinación Operativa Integrada, con presencia de todos los responsables, incluidos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y de Bomberos. Se han mantenido comunicaciones por radio autónomas respecto al suministro eléctricos. En el Cecopi se activaron comunicaciones satelitales y se incorporaron también en los puestos de mando. Se mantuvo además enlace por radio con la Delegación del Gobierno”, detalla Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Otras sugerencias de expertos:
- Velas de larga duración
- Saco de dormir
- Bolsas desechables para residuos humanos y animales
- Desinfectante de manos hidroalcólico
- Mantas ingnífugas para sofocar pequeños incendios o proteger a alguien que se haya quemado
- walkie-talkies con auriculares
- Baterías extraíbles de carga rápida y potencia
También están preparados, asegura, en caso de que el apagón se hibiera producido en pleno invierno o en verano con una ola de calor.
“Las consecuencias del apagón en estas circunstancias serían de más intensidad, pero sería acometida la situación con todos los medios públicos y privados, que están afectos, conforme a nuestra normativa de protección civil y emergencias, a la resolución de la emergencia. Nos hubiese hecho todo más complejo, pero lo acometeríamos. La Junta lideró esta emergencia con un trabajo extraordinario de todos los servicios y servidores públicos de la Junta, también otros como Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía, Policías locales, bomberos, Unidad Militar de Emergencias, así como por las empresas de servicios esenciales, especialmente energéticos, comunicaciones, combustibles o transportes, y si el hecho se hubiese producido en esas condiciones más complejas lo hubiésemos hecho con la intensidad necesaria para superar la crisis”, sostiene.

Una pareja cena a la luz de una lámpara recargable.
Que la posibilidad de que se repita el apagón u otra situación excepcional es más que una realidad queda patente en las palabras del consejero.
“El presidente Mañueco comprometió en el Debate de Política General, que celebró en las Cortes de Castilla y León hace unas semanas, un refuerzo del sistema de Emergencias con un refuerzo importante del Centro de Coordinación de Emergencias tanto en estructura central como en todas las provincias, así como una mayor integración y protocolización de todos los recursos de personal público y material con el que cuenta la Junta para afrontar las Emergencias, con un nuevo helicóptero de rescate con puente grúa y sanitario que tendrá su base en León, con nuevos helicópteros para emergencias sanitarias, uno de ellos en el Bierzo. Esto forma parte de esa acción decidida por el reforzamiento del Sistema de Emergencias de Castilla y León que nos permita maximizar la respuesta ante estos sucesos”, explica. Y detalla todos los planes de la Junta: “Contamos con un Plan de Protección Civil ante Emergencias (Placal), que se activó en nivel 2 (máximo nivel de gestión autonómica) renovado en el año 2019 y que va a ser sometido a otra revisión, tenemos planes específicos de inundaciones que se va a renovar cuando el Gobierno de España modifique la directriz básica que es del año 1995, y así se lo hemos requerido en numerosas ocasiones, un nuevo Plan de Protección Civil ante Incendios Forestales, que entró en vigor el 2 de mayo, y otro plan de Mercancías Peligrosas. Las empresas que llamamos Seveso, que son aquellas cuyo proceso de producción o configuración es una actividad de riesgo, tienen su propio Plan de Protección Civil, intervenido por la Junta. Las infraestructuras críticas como embalses y presas, o la central nuclear de Garoña y otras tienen también planes específicos de Emergencias. Todo evento de alta concentración de personas ha de tener un Plan de Protección Civil. Contamos en Castilla y León con 900 bomberos profesionales, miles de policías de distintos cuerpos policiales, un batallón de la Unidad Militar de Emergencias en el territorio, cientos de empleados públicos movilizables ante una emergencia (todo el operativo de Incendios forestales, personal de carreteras, sanitario, de servicios sociales, etc) y material rodante y aéreo adscribible también a una emergencia y 2.800 voluntarios de protección civil, la comunidad autónoma que más tiene. Y tenemos 24 horas, 365 días al año el servicio del 112 y el Centro de Coordinación de Emergencias de Castilla y León activo, escalable en personal según la emergencia que se produzca, coordinado con otras administraciones. En definitiva, un conjunto importante de medios humanos y materiales al servicio de una emergencia. Y nuestra Ley 4/2007 de Protección Ciudadana de Castilla y León dispone que todos los recursos privados están también afectos, en caso de necesidad, a la resolución de una emergencia”, precisa Suárez-Quiñones.
Guía para actuar ante un apagón:
- No llamar al 112 salvo que se trate realmente de una emergencia, sólo usarlo para una urgencia
- Evitar desplazamientos innecesarios
- Usar el móvil para lo imprescindible
- Desconectar los aparatos eléctricos para evitar incidencias cuando vuelva la luz o ante subidas de tensión.
- Tener cuidado con las velas para no provocar un incendio
- Seguir las instrucciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
Queda la cuestión política de por qué sucedió el apagón. “Lógicamente las explicaciones tiene que darlas la Administración competente en la materia, que es el Gobierno de España. Hasta ahora no hemos tenido una explicación de lo ocurrido. Se ha echado la culpa a las compañías eléctricas, pero está en cuestión el papel y la gestión de Red Eléctrica Española, presidida por un cargo de confianza del gobierno de España, gobierno que tiene participación pública en dicho organismo. Habrá tiempo de evaluar cuál ha sido y es el grado de transparencia y la gestión en esta importante y grave crisis del Gobierno Sanchez”, dice.
¿A qué mas nos enfrentaremos?
“La realidad social de los últimos no pocos años nos ha enseñado que todo puede pasar. Hemos tenido terremotos, terrorismo, incendios pavorosos, inundaciones asombrosas, erupción de volcán, pandemia sanitaria grave, corte global de suministro eléctrico, etc. etc. Riesgos climáticos y de meteorología extrema, catástrofes naturales en general, riesgos tecnológicos, sanitarios, de violencia voluntaria como terrorismo, etc. son escenarios posible y que no siempre pasan a los demás. Por lo tanto, todos, lo público y lo privado, tenemos que reforzar nuestros recursos para acometer las situaciones que se puedan presentar”, advierte el consejero.
Lo tiene aún más claro Montserrat Ferrer Juliá, coordinadora del Máster en Riesgos Naturales de la Universidad de León. “No se trata de vivir con miedo. Al revés, se trata de vivir con tranquilidad porque sabemos que estamos preparados para minimizar los daños”.
Los dos tienen listo en casa su kit de supervivencia. Por si hay próxima vez.
Guion para un Protocolo Familiar de Emergencia que propone Ninoska Sánchez Alonso
“Se trata de que cada uno sepa lo que tiene que hacer y qué van a hacer los demás con independencia de si nos podemos comunicar o no”. Un pequeño guion de actuaciones “para minimizar la incertidumbre y el riesgo y crear un entorno de calma y cero angustias”, explica.
“En las emergencias, el umbral de posibilidad de acción se produce siempre al principio y es estrechísimo. Si no lo aprovechas, te pilla el toro”, añade. Por eso, recalca, es importante tenerlo ensayado.
1- Prever dónde puede estar cada hijo:
- en casa…
- en el colegio…
- de camino a casa/colegio
- etc.
- en casa haz…
- en el colegio haz…
- de camino a casa/colegio haz…
- concreto y positivo
- una instrucción de hacer, no de ‘no hacer’
(esos X son personas de las que los padres tenemos el contacto: teléfono, dirección, etc.)
3- Indicación muy simple y clara de lo que va a hacer mamá/papá/quien sea:
- mamá/papá/quien sea va a hablar con X
- va a ir a recogerte a…
- va a esperarte en…
- de las dificultades que pueden surgir y anticiparlas:
- del tiempo (generoso) que quizá tengan que esperarte
- de lo que tienen que hacer en ese tiempo
Cosas de hacer (hacer cosas reduce el estrés)
5- Hablar de lo que vais a hacer juntos al final, cuando termine la emergencia
6- Dibujar en la mente de todos el final tranquilo
* Este guion debe adaptarse a las necesidades de cada familia y a sus circunstancias