De los templarios a la sede de la Guardia Civil

El origen del monasterio de Sahagún es desconocido, se supone que fue una construcción en honor de los santos Facundo y Primitivo. Tras varios avatares y la invasión musulmana, se restaura en el siglo X, y permanece bajo el patrocinio de la Casa Real mientars se va ampliando. A finales del siglo XI vive una gran renovación coincidiendo con los cambios litúrgicos, la llegada de los benedictinos franceses y de los peregrinos. De todo ello obtuvo grandes donativos, a cambio de la donación se esperaba estar enterrado cerca de los hombres santos y garantizarse unas oraciones. Esta importancia hace que a finales del siglo XI se plantee la construcción de un nuevo templo, que se consagró aún sin concluir en 1099. Vivió toda una serie de avatares de manos de los enfrentamientos de los reyes; y también de sus deseos de ser enterrados en el monasterio. La construcción del claustro debió ser larga, se recibieron donativos en función de su necesidad de terminar la obra. La reforma de las órdenes monásticas hispanas desde finales del siglo XV y principios del XVI provocó también algunas remodelaciones, entre ellas la modificación de los recintos claustrales y de las dependencias ajenas. En el siglo XVII el monasterio contaba con cuatro claustros unidos por pasadizos y galerías; el primero de ellos, de origen románico, tenía dos pisos. A lo largo del siglo XVIII siguieron las reformas, y el monasterio se vio seriamente afectado por el terremoto de 1765, especialmente el claustro más antiguo. Los proyectos de reconstrucción se toparon con la exclaustración y el abandono del monasterio, que provocó un sucesivo deterioro, hasta el punto de que hoy alberga en el espacio templario el Cuartel de la Guardia Civil.