Seat León, casi definitivo

Puede que no sea «calcado» aunque, visto lo visto en anteriores prototipos que dieron origen a la serie (Altea, Toledo...), el concepto presentado en el Salón de Ginebra, desvela las líneas maestras -y mucho más- de lo que será el futuro, ya muy próximo, León. El avezado observador advertirá en las fotografías una cierta similitud con aquel Salsa que Seat desveló hace cinco años, aunque también una innegable herencia Altea en los trazos del León. Cuyo diseño lo firman un equipo de trabajo con sede en la localidad barcelonesa de Sitges, donde se guardan celosamente los secretos de uno de los equipos de diseño de la marca española (el otro centro estilístico se ubica en Martorell). Un frontal de marcado acento deportivo, con generosa «boca» en nido de abeja, lo mismo que las otras dos entradas de aire laterales, un parabrisas extraordinariamente tendido y una zaga muy «recogida» en la que puede apreciarse perfectamente el pequeño alerón coronando la luneta, son algunas de las características más significativas de los trazos del nuevo León. Eso sí, habrá que estar dispuestos -posiblemente- a renunciar al sugerente escape central trasero que, también con casi total seguridad, podría mantenerse opcionalmente en algunas de las versiones más deportivas de la gama (el Cupra o el FR). También habrá que pensar en unas llantas más «civilizadas», por ejemplo, de 17 pulgadas, frente a las contundentes 19 pulgadas que monta el prototipo. También el coche de serie será un centímetro y medio más alto. Hasta ahí parecen llegar las «concesiones», todo lo demás... prácticamente calcadito. Como el interior de volante achatado en su polo inferior, que también podría reservarse para las versiones más drásticamente deportivas, mientras el salpicadero mantendría la estructura del que se aprecia en las fotografías oficiales distribuidas por el fabricante. Los prominente aletines en los pasos de rueda y las manillas escondidas en las puertas traseras ( made in De Silva) serán también señas distintivas del nuevo León. Como le será su espectacular gama de colores, una de las más bonitas, y completas, que Seat haya propuesto nunca. El nuevo León, que comparte plataforma con el Altea, no será solamente un «Altea rebajado», ni solamente la espectacular parrilla y los grupos ópticos, los retrovisores exteriores «al aire» parecen herencia Audi TT y resultan ser un evidente guiño a la competición. El salpicadero, así como sus materiales y el panelado interior de las puertas, son inéditos en los catálogos de Seat y se convertirán en primicia cuando el nuevo León llegue a los concesionarios (tacto blando del salpicaderoi); por mucho que el prototipo muestre toda una serie de pantallas interactivas, en las que se reflejan las imágenes de tres minicámaras exteriores que, como fácilmente puede suponerse, resultan ser sólo concesiones al proyecto concept lo que tampoco significa, soñar no cuesta nada, que pudieran hacerse realidad en futuras remodelaciones del León. Lo que sí parece meridianamente claro es que el nuevo León se comercializará, siempre, en carrocería de cinco puertas y que su fabricante no contempla la versión de tres puertas. Las cotas del nuevo León son más generosas que las del actual: 4,34 metros de largo (16 centímetros más que ahora) y su altura se cifra en 1,43 metros (tres centímetros menos que el actual). Aunque a nadie se le oculta que la versatilidad de gama, como ahora, será uno de los puntos fuertes del nuevo León y que se dispondrá de un amplio abanico de terminaciones, equipamientos y motorizaciones, el prototipo presentado por Seat en Ginebra montaba el 2.0 TFSI (turbo de inyección directa de gasolina) que entrega 200 caballos y que ya se ha visto en otras recientes realizaciones del Grupo VW (el reciente Golf GTI, por ejemplo) unido, como también se conoce, al cambio DSG (automático secuencial) de 6 velocidades y con tracción a las cuatro ruedas. Abundando en lo de la generalidad de gama, también estarán disponibles el 2.0 FSI (atmosférico) de 150 caballos, así como los turbodiesel «directos» 1.9 TDI de 105 CV y el 2.0 TDI de 140 CV, unidos a cajas manuales de 5 y 6 marchas. En definitiva, que el equipo de diseño que capitanea Walter De Silva en la «nueva Seat», viene cumpliendo paulatinamente unas etapas que comenzaron con el Altea, siguieron con el Toledo y que ahora, dentro de muy poco, se materializarán en el León de serie... por mucho que este último fuese el primero sobre el que trabajaron los diseñadores.