Diario de León

«El Ademar ha bordeado la desapareción por tres veces»

Tomás Higarza | El mentor por excelencia del balonmano leonés repasa 50 años de vivencias y anécdotas: «Nunca se me pasó por la cabeza pensar en ganar una liga»

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MIGUEL ÁNGEL ZAMORA | texto
León

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Acaba de salir de una operación de menisco de la que hay más constancia por lo que cuenta que por lo que cojea, pero al asirle del brazo, se nota que conserva recios músculos forjados a balonazo limpio durante medio siglo en el patio del colegio. Y a estas alturas de la película, es evidente que la historia del balonmano leonés ya le reserva un hueco de privilegio. «Y el caso es que yo en realidad empecé en el baloncesto y el voleibol. Lo que pasa es que cuando llegué, en el año 1953 no había un buen entrenador de balonmano y lo tuve que coger yo. Después ha venido la leyenda de que les subo a nota a los alumnos que juegan en el equipo, pero cuando ha habido madres que se quejan de que le bajo las notas a su hijo porque no juega en el equipo de balonmano, yo he contestado que si ella pasara más tiempo con el niño y menos en la cafetería, seguramente las calificaciones serían mejores» espeta Tomás Higarza, hermano fraile por devoción y ahora ya, por apelativo. Los primeros jugadores del futuro Ademar fueron seleccionados por Julio Prado: «Me decía que sacara a los alumnos de 6º de PREU a la tarima en pantalón de deporte, y él iba diciendo: 'Este vale, este no vale'. Y siempre acertó». El equipo empezó a funcionar y la primera directiva llegó más tarde: «Pasaron años desde la primera reunión para constituir el club hasta que de verdad hubo una estructura. Empezamos a jugar en otras provincias, luego llegó el ascenso a Primera División y ya los ascensos a División de Honor». No obstante, el club ha estado en peligro serio de desaparición «por lo menos tres veces. La primera no me acuerdo bien en que época fue, la segunda la resolvimos cuando cogió el club Agustín Nogal, que hubo que hacerlo un poco por las bravas. Le dije a él que las cosas estaban mal, a Gamboa y a Pérez del Hierro que tenían que ser directivos, y a correr. Y la tercera fue cuando Ángel González tuvo que dejar la presidencia porque si no el Ayuntamiento dejaba de dar las subvenciones. La historia no ha sido justa con Ángel. Trabajó lo indecible, pero no le daban medios. Cuando fuimos al Ayuntamiento a celebrar el último ascenso estaba todo claro. Enrique Gil le dijo que a él no le daba la mano y Morano me prometió 25 millones de pesetas de subvención a cambio de que no quedara ni un directivo de los de antes, y no quedó más remedio que buscar gente nueva». Guarda el Hermano Tomás una anécdota en torno al acceso de Juan Arias a la presidencia: «Se lo propuse y me dijo que primero lo quería consultar con su mujer. Y yo le contesté: 'Llegas tarde, ya se lo he comentado yo y ella me ha dicho que está de acuerdo. Si ese es el problema, ya tienes el visto bueno'. Y entre las virtudes del actual presidente reconoce «que haya sabido guardar los trapos sucios dentro del club sin airear cosas que ha habido muy delicadas» La Liga, un sueño Reconoce el mentor de la entidad que ni en el mejor de sus sueños hubiera imaginado que el club pudiera llegar a ganar una liga: «Eso ni se te puede pasar por la mente. Ahora lo que hace falta es ser realista y saber que el que tiene dinero tiene los mejores jugadores. Teka fue un club poderoso y ha perdido nivel por falta de presupuesto. Y es la mejor prueba». El balonmano ha calado hondo en la sociedad leonesa «porque se le ha metido a la gente en la cabeza que somos alguien, y eso es importante». Y gracias a este sentimiento nombres ilustres del balonmano han pasado por el patio de Maristas: «Para mí, el jugador clave ha sido César. Cabanas fue un grande, pero el que ha sentado cátedra ha sido César. Estaba preparando una cena de antiguos jugadores cuando sufrió el infarto. Estaba ligadísimo al colegio, era sano y noble. Estrella trabajó mucho, José Luis era un hombre de clase, Cabanas no llegó a jugar aquí pero tenía clase, Ávila estaba muy descoordinado pero yo sabía que saldría. Diego Soto, Marne, Héctor, Juanín no hay nada que decir de él...» Se queja de la crisis de talentos leoneses que vive la cantera: «En un sólo año sacamos a Cabanas al Calpisa, Raúl al Atlético de Madrid y Fredy Marcos al Barça. Ahora eso sería casi imposible, los tiempos han cambiado».

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