Diario de León
JAVIER LIZÓN

JAVIER LIZÓN

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JULIO DÍAZ DE ALDA | texto
León

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|||| Algo tendrá Iberia cuando quien pasa por ella quiere repetir a toda costa. Tras la oferta liderada por British Airways y Texas Pacific Group (TPG), la réplica española ha venido de la mano de antiguos ejecutivos de la aerolínea. Dos ex presidentes, Xabier de Irala y Javier de Salas, y un ex consejero delegado, Ángel Mullor, han dado un paso al frente para intentar volver a la que un día fue su «casa». Los tres tienen experiencia industrial en sus carreras profesionales, compartida por dos de ellos en los bienes de equipo, concretamente en ABB, de donde también salió el actual presidente de la aerolínea, Fernando Conte. Y han movilizado a las grandes fortunas españolas. Koplowitz, Del Pino, Jove, Godia, Lara y otros multimillonarios Made in Spain, que son la guinda a la pelea abierta para que Iberia se quede en casa y no se la coma un rival extranjero. La aerolínea de bandera española «engancha». Tiene algo de adictivo. Si no, no se explica este rosario de ex altos cargos que ahora pugnan por volver. Los últimos en aparecer en escena han sido Irala y Mullor. El primero pilotó la compañía entre 1996 y 2003 para recalar después en la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), reclutada de forma nada casual por Gala Capital para el consorcio de inversores que trata de ganar la carrera de opas sobre Iberia. Desde la caja se señala que la experiencia anterior de Irala nada tiene que ver, en un mensaje lógico en una entidad público-privada que no podría justificar una inversión por cuestiones de añoranza. Pero la realidad es que Irala, junto a Mullor, a quien ficho éste nada más llegar a la compañía aérea, consiguieron que Iberia levantara el vuelo tras una durísima etapa y empezara a ganar dinero. Un rumbo que la empresa ha mantenido hasta hoy y que le ha convertido en la única aerolínea de las grandes que presenta beneficios desde hace once años. Ni el petróleo, ni las low cost , ni los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York -que fueron una losa para el resto- frenaron el despegue de la española. Irala y Mullor demostraron a su paso por Iberia mano dura y nervios de acero, y no les tembló el pulso al decretar en el verano del 2001 un cierre patronal cuando los pilotos declararon la guerra a la aerolínea. El papel de Mullor en la oferta de Gala Capital ha sido crucial, pues ha estado casi un año en la sombra asesorando el proyecto. Un trabajo muy bien hecho, pues nada más conocerse su proyecto le faltó tiempo al ministro de Industria, Joan Clos, para afirmar que la idea contaba con todas sus simpatías. Sus planes pasan por potenciar el largo radio, racionalizar el negocio en España y potenciar tanto Barajas como El Prat. Y en el medio plazo, incluso, tomar la iniciativa y promover una fusión con alguna de las grandes del sector en Europa. En principio, ni Irala ni Mullor tomarán ninguna responsabilidad ejecutiva en la aerolínea si triunfa su oferta.

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