Diario de León

Y su hija...

Republicanos: canas y piel blanca Palin compite por la luz de los focos con su futuro yerno

La Convención Republicana de St Paul (Minnesota) ha sido un mar de canas y de piel blanca, que contrasta con la juventud y el caleidoscopio racial exhibidos en la Convención Demócrata

TANEN MAURI

TANEN MAURI

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MERCEDES GALLEGO | texto
León

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La Convención Republicana, de St Paul (Minnesota), ha sido un mar de canas y de piel blanca, que contrasta con la juventud y el caleidoscopio racial exhibidos en la Convención Demócrata. A menudo los republicanos se sueltan a bailar música «country» en el estadio de hockey donde tiene lugar la asamblea y tararean las canciones del grupo de música disco «Earth, Wind and Fire» que emiten los altavoces, pero el ambiente dista mucho de la exuberancia y energía del Pepsi Center en Denver, donde se congregaron los demócratas. En gran medida es por la edad Jim Forrester, un senador estatal de Carolina del Norte de 71 años, reconoce la escasez de jóvenes en la reunión más importante de los republicanos. «Nosotros - explica - tenemos experiencia de vida, sabemos más. Los jóvenes no. Ellos en realidad no saben qué es lo que respaldan al apoyar a Barack Obama», el candidato demócrata a la Presidencia en las elecciones de noviembre. La diferencia visible en la media de edad en las dos convenciones - ninguna de las campañas ha dado datos exactos - no es anecdótica, sino que apunta a una brecha generacional entre los electores. Según la última encuesta de la empresa Gallup, un 56 por ciento de los votantes menores de treinta años apoya a Obama, frente al 35 por ciento que respalda a McCain. En cambio, el candidato republicano, de 72 años, saca nueve puntos porcentuales a su rival entre los mayores de 65 años. El catedrático de ciencias políticas de la Universidad de Hamline (Minnesota) David Schultz afirma que normalmente los jóvenes tienden a ser de izquierda y los mayores de derecha, pero la disparidad también tiene que ver con el mensaje de las campañas. «Un candidato (Obama) habla de esperanza y de futuro, mientras que el otro (McCain) habla de deber y patriotismo», apunta Schultz, para quien la primera opción es más atractiva para los jóvenes. Nuevas tecnologías La campaña demócrata ha cultivado en especial a los nuevos votantes, con el uso de mensajes de texto y gran presencia en internet. También se reflejó en la elección de un estadio de fútbol americano, ante 84.000 personas, como escenario para el discurso en el que Obama aceptó el nombramiento de su partido como candidato. Sus palabras fueron literalmente el colofón de un concierto de rock - le precedió Sheryl Crow, por ejemplo -, mientras que McCain hablará hoy ante lo que podría ser un concurso de bailes de salón. Linda Jones, una de las pocas delegadas republicanas sin arrugas, tiene esperanzas de que la elección de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, de 44 años, como candidata a la vicepresidencia, haga pensárselo dos veces a sus compañeros de generación. «Es alguien joven, con hijos. Yo puedo identificarme con ella», afirma Jones, de veintidós años. En todo caso, la campaña de Obama no debería lanzar las campanas al vuelo en vista de su ventaja con los votantes más neófitos: menos de un 45 por ciento de los jóvenes acudieron a las urnas en 2004, mientras que sí votaron más de un 65 por ciento de los mayores de sesenta. La raza de los delegados es la otra diferencia principal entre las dos convenciones. Un trece por ciento de los que elegirán hoy a McCain como su candidato a la presidencia son miembros de «minorías», según Yohanna de la Torre, una portavoz republicana, mientras que en 2004 esa cota era del diecisiete por ciento. Este año 36 de los casi 2.400 delegados son negros, el menor número en cuarenta años, según la ONG Centro Conjunto de Estudios Económicos y Políticos. Tampoco hay gran presencia de oradores negros en las festividades, en parte porque no hay cantera. Desde hace seis años ningún afro-americano republicano es miembro del Congreso o gobernador. En esta campaña, Obama se ha llevado a los negros de calle, dado que un 93 por ciento le respaldan, según Gallup. C.R. Stuart, de 56 años y del Estado de Georgia, es uno de los pocos rostros oscuros en el Xcel Energy Center, sede de la convención republicana. Él cree que muchos negros están deslumbrados por Obama y han pasado por alto su falta de experiencia. «La gente que está aquí, gente mayor, los afro-americanos que hemos abierto negocios, sabemos mejor cómo funcionan las cosas», afirma. McCain, el héroe de guerra, el hombre sacrificado por la patria, les ofrece el largo historial que ellos quieren. Hace dos días nadie sabía quién era Levi Johnston, más allá de su pueblo de 9.000 habitantes. Este jueves su nombre generaba más de dos millones de entradas en Google. Lo único que ha hecho este chico de 18 años para merecerlo es dejar embarazada a la hija de la gobernadora de Alaska Sarah Palin, que el miércoles lo subió al escenario de la Convención Demócrata para ratificar que habrá boda y que ya es parte de la familia que puede llegar a la Casa Blanca. Palin no se molestó en dar grandes discursos de política exterior ni de seguridad nacional sino que en su misión de conectar con la gente sencilla de a pie la estrella recién descubierta se presentó a sí misma y a su familia. Su hijo Track, de 19 años, que la semana que viene, en un simbólico 11-S, emprenderá el camino a Irak como soldado de infantería. Al igual que su sobrino, Casey, que sirvió en la primera Guerra del Golfo.

, recitó. Su querida hija Bristol, la joven que ha escandalizado al país al quedarse embarazada a los 17 años de este compañero de instituto con el que salía desde hace poco más de un año (hace cinco meses que está embarazada). Willow, de 14 años, la menos conocida, y Piper, la pequeña de 7 años, que se desenvuelve cómodamente entre los focos y el miércoles ya firmaba autógrafos en los cartes de su madre. Ya no necesita esconderse Y Trig, el bebé de cuatro meses con síndrome de Down que todos se repartían esa noche, ahora que Bristol ya no necesita esconderse el vientre con él. No podía faltar el patriarca que la ayuda a compaginar el hogar con la política, Todd, ese chico con genes de esquimal que conoció en la escuela y con el que aún sigue casada. <¡Es mi hombre!>, proclamó. En ese contexto no era de sorprender que la potencial vicepresidenta de EE.UU presentara entre sus credenciales su participación en la Asociación de Padres de Familia de la escuela de sus hijos, porque lo que cuenta por ahora no es sentarse a negociar las amenazas nucleares con Ahmadinejad sino empatizar con las familias más ordinarias de EE.UU. Ayer la propia Palin competía por la luz de los focos con su futuro yerno, al que el candidato presidencial McCain estrechaba la mano enfáticamente. Levi, que tiene nombre de pantalón vaquero, tuvo que privatizar rápidamente su página de MySpace.com cuando los periodistas empezaron a divulgar su contenido.
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