Diario de León

«La ceguera no me frena»

La brasileña Eva Pereira escribe su segundo libro de superación con ayuda de la ONCE

Eva Pereira, en la residencia de Fabero donde vive.

Eva Pereira, en la residencia de Fabero donde vive.DL

León

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La brasileña Eva Pereira tiene 49 años y está escribiendo su segundo libro. El primero ¿Quién te robó el arcoiris? contó su historia de maltrato de su ex pareja. En uno de los golpes en la cabeza que le dio su maltratador se quedó ciega en 2011. Vivía en ese momento en un pueblo de Burgos. «Él es español. Al principio de la relación todo iba bien. Tenía dos niñas. A la pequeña todavía le daba el pecho y la mayor tenía dos años. Yo no conocía las ayudas para mujeres maltratadas en un pueblo de diez vecinos, todos mayores».

La ceguera total le llegó tras una paliza que la llevó directamente al hospital y de ahí la trasladaron a un piso de acogida en Fabero. «Fueron las responsables del piso de acogida las que contactaron con la ONCE para que valorasen mi caso y me dieran las ayudas necesarias. Trabajaron conmigo, pude ser más independiente y empecé a tener otra vida, fue como empezar a vivir de nuevo».

Pasar de la luz a la oscuridad tras ser maltratada no es un tránsito fácil de recorrer. Y para Eva sigue siendo un reto diario que canaliza con la lectura y la escritura gracias a los apoyos tecnológicos que le brinda la ONCE. «Me dieron rehabilitación para enseñarme a poder salir a la calle, a desenvolverme yo sola porque tengo los nervios ópticos reventados y es un daño irreversible».

Aprendió brailler, un sistema de alfabeto y número para las personas ciegas, que le permitió dar sus primeros pasos en la escritura. En su primer libro contó con la colaboración de Francisco Javier Prada Fernández y Xabier Prada Franco, que le escribieron su ‘historia inacabada’ autoeditada por ella misma en el año 2014 en Cornatelius. «Vendí los 2.000 libros que edité. Ahora conozco a más gente que quiere comprar mi libro».

«Ahora estoy dando clases de ordenador para aprender a manejarme en internet». Y lo hace de nuevo con la ayuda de los técnicos de la ONCE, que ha puesto a su disposición un profesor que acude a la residencia de mayores en la que vive de manera temporal tras sufrir una caída. «Escribir el primer libro fue para mí un desahogo. Quería mostrar que se puede salir del maltrato. En este segundo libro voy a contar mi historia con mis hijas, que ya tienen 14 y 18 años, contar cómo superé toda esa etapa, las caídas y bajadas que he tenido, las pérdidas importantes en mi vida y, como estoy en una residencia de mayores, mi experiencia de vivir con personas de esa edad».

Los momentos más duros los vivió cuando sus hijas eran pequeñas. «Yo vivía sola y tenía que atenderlas. Tenía la ayuda de una auxiliar que venía por horas. Después mis hijas crecieron y me ayudaban mucho». Por eso los momentos más felices de su vida fue vivir la graduación de sus hijas «porque he conseguido educarlas, pese a mi ceguera, y son unas niñas estupendas».

Eva participa en todas las actividades de la residencia, es independiente, no necesita muchas ayudas, y se dedica a escribir la mayor parte del tiempo. «Ahora escribo yo sola. Viene Luisma, que es mi profesor de informática de la ONCE, pero el libro lo estoy escribiendo yo. La experiencia de vivir con gente mayor es muy enriquecedora y a veces pienso que ¡bendita caída! que me ha dado la oportunidad de vivir esta experiencia».

Aún no ha decidido el título de se segundo libro pero la historia avanza, como su vida aunque tenga que utilizar un bastón blanco para identificar el camino, con una nueva etapa ahora en la residencia San Nicolás de Fabero.

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