Diario de León

Análisis | l. urdiales, f. ramos

Dos patatas calientes

Chamorro tendrá que decidir sobre el referéndum de autonomía al estilo del que ya hicieran algunas localidades catalanas y sobre Pardo. Para el primero, concejo abierto; para el segundo, la puerta cerrada

Javier Chamorro y Guillermo Tejerina se saludan al final del congreso del domingo.

Javier Chamorro y Guillermo Tejerina se saludan al final del congreso del domingo.

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«Aquí ya no manda una sola persona, mi poder no es absoluto». Ésta es la máxima que quiere que rija todas sus decisiones en el partido y, por esta razón, Javier Chamorro anuncia que no impondrá en el futuro ninguna actuación. Y como el movimiento se demuestra andando, el nuevo secretario general de la UPL ya sabe cómo va a atacar las dos patatas calientes más importantes que se ciernen en los primeros días de su mandato: la celebración de un referéndum de autonomía, al estilo que ya hicieran meses atrás algunas poblaciones catalanas, y el futuro del todavía concejal de la UPL, Abel Pardo.

Y es que el asunto del referéndum genera numerosas dudas y recelos en el seno de la nueva dirección leonesista, que no tiene claro cómo sacarlo adelante sin que ello suponga incumplir la ley. Así las cosas, Javier Chamorro llevará este asunto a una de las primeras reuniones del nuevo consejo general del partido, pero el secretario general tiene claro que debe ser un concejo abierto, al que se convocará a todos los militantes del partido, el que decida sobre si se realiza o no la consulta popular y cómo.

En este asunto tendrá mucho que decir Pablo Muñoz, un joven militante que llegó al partido de la mano de De Francisco y que fue expulsado por éste por enfrentarse a él y discutirle sus decisiones. Pablo Muñoz ha sido quien ha recopilado toda la documentación de los diferentes refrendos populares y Chamorro tiene claro que debe ser él quien defienda cómo se debe sacar adelante la consulta, si finalmente así lo decide el concejo.

En lo que Chamorro no tiene duda alguna es sobre el futuro de la Abel Pardo en el seno del partido. Expulsado e inhabilitado durante cuatro años por el escándalo de la Llionpedia, en la que permitió comentarios filonazis y negocionistas del holocausto judío, Chamorro le cierra la puerta definitivamente, pero no quiere hacerle protagonista y por eso le mantendrá como concejal, siempre que no moleste.

La UPL pone fin así al congreso de su transición, una transisición que no finalizará hasta el próximo año, cuando los ciudadanos decidan con su voto si siguen creyendo o no en la UPL.

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