Diario de León

La falta de consenso entre PP y PSOE pone en apuros el pacto antiterrorista

El PP teme que los socialistas acuerden con Batasuna una fórmula para su retorno

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gorriarán / torices | madrid
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«Ayer mismo por la tarde hablé con el PP y lo hago casi todos los días». Alfredo Pérez Rubalcaba está empeñado en demostrar que el consenso con el partido opositor en la lucha contra ETA va como la seda, pero el pacto antiterrorista está a punto de romper sus costuras. El vicepresidente y ministro del Interior sólo lamenta que haya mucho ruido y un exceso declarativo en torno a los movimientos de la izquierda aberzale y silencio por parte de la organización terrorista porque, según afirma, en el fondo no pasa nada. No lo ve así el PP, que sí cree que pasan cosas y, a su juicio, no buenas.

El partido que lidera Mariano Rajoy tiene la mosca en la oreja, no ya por lo que pueda hacer Batasuna o ETA, sino por lo que hacen los socialistas, tanto los vascos como los que están en el Gobierno. Los populares temen que José Luis Rodríguez Zapatero haya caído en la tentación de apuntarse en el tramo final de la legislatura el tanto que no logró en la anterior, el del final de ETA. El análisis del PP es que el jefe del Ejecutivo ha asumido que la superación de la crisis es incierta y que en las elecciones del 2012, a lo sumo, se estará en la senda de la recuperación, pero en ningún caso en una etapa de bonanza. Perdida esa baza, el final del terrorismo no es un mal naipe.

Los populares no tienen la certeza de que los socialistas no se hayan reunido con Batasuna, aunque sí que la tienen de que el presidente del Partido Socialista de Euskadi nunca ha dejado de charlar con miembros de este mundo, una vez que su interlocutor habitual, Arnaldo Otegi, entró en prisión. Dan por descontados esos contactos ya que vienen de muy atrás y son «las amistades particulares» de Jesús Eguiguren. Lo que preocupa en el PP es que las conversaciones con los náufragos de Batasuna se institucionalicen con el PSE para pastelear una fórmula que permita a la izquierda aberzale participar en las elecciones del 22 de mayo.

El partido opositor no quiere oír hablar de esa posibilidad y ha colocado el listón para que eso sea posible en que ETA desaparezca. Un requisito inalcanzable en los menos de siete meses que quedan hasta los comicios municipales. El PP ve insuficiente la condena de la violencia o el desmarque «inequívoco» de la organización terrorista que el Gobierno exige a Batasuna para que retorne a la legalidad. Una discrepancia que puede convertir la convergencia antiterrorista de estos dos últimos años en divergencia total, con un regreso a las desabridas polémicas del proceso de paz del 2006 y la puesta en peligro del pacto de gobierno en Euskadi.

1397124194 Legalización o cuarentena. La número dos de los populares, Dolores de Cospedal, lanzó el lunes pasado un claro aviso al Gobierno. La «prueba de fuego» de la vigencia del pacto se vivirá la próxima primavera, cuando llegue el momento de decidir si se permite o no la participación electoral de Batasuna. Los populares no admiten ni palabras ni gestos. El partido proscrito o cualquiera de sus derivadas no podrán estar en las urnas de las municipales salvo que antes ETA abandone las armas definitivamente.

Rubalcaba insiste en que todo es ruido y ganas de hablar porque la interlocución con su partenaire popular, Federico Trillo, funciona a las mil maravillas. El pasado jueves por la noche hablaron largo y tendido para descartar cualquier contacto gubernamental o socialista con Batasuna o la banda y para reafirmar que no cabe más fin para el terrorismo que su disolución incondicional. El vicepresidente asegura que informa «de todo» al partido opositor y que éste sabe que «no hay nada raro» y que todo está como debe estar. Pero, por si acaso, recuerda que el pacto antiterrorista suscrito hace diez años no dice nada de que ETA debe desaparecer para que la izquierda aberzale pueda tener un partido legal.

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