El sello reserva acaparará el 20% de la producción anual de la IGP

Hace dos años que el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Cecina de León decidió dar el paso para conseguir la certificación que reflejara la «mejora plasmada» en la producción. Entró en escena entonces el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León para la realización de estudios y análisis, con el fin de contar «con los datos objetivos que reconocieran la existencia de una cecina de categoría superior que ahora se presenta en el mercado», explicó el presidente del Consejo Regulador.

Nieto comentó que sumarse a esta nueva producción es voluntario para los industriales de la IGP. «Ellos dirán si quieren certificar sus piezas con este nuevo sello de garantía». Enfatizó que la cecina, además, es el único producto cárnico de Castilla y León que cuenta con dos categorías. «Nuestra apuesta se centra en la consolidación nacional e internacional de nuestro producto y en su mayor presencia en la oferta gastronómica».

Repasó también la historia de el marchamo de calidad Cecina de León. Una andadura que comenzó en los ochenta, de la mano del periodista especializado en agroalimentación Javier Pérez Andrés, para conseguir poner en marcha la promotora. En el 94 fue aprobado el reglamento para la certificación y se constituyó el consejo regulador. Con el siglo XXI (en el 2001), la nueva junta directiva apostó por la consolidación, pasando de las 33.000 piezas de ese año a las 117.000 del 2006.

«En ese momento fue esencial la ayuda de Fidentino Reyero (el responsable del Servicio de Agricultura en León)». Y recordó el décimo aniversario de la IGP con Luis del Olmo como padrino.

«Ojalá dentro de otros tantos años el 20% de la certificación como cecina reserva sea mucha más y veamos que se conoce aquí y fuera de nuestras fronteras», finalizó Nieto, quien había iniciado su intervención denominando a la protagonista: «La joven y bella cecina de León». Tras el acto, los invitados asistieron a una degustación de este embutido.