Rubalcaba se distancia del presidente en funciones

Empieza la oposición socialista sin José Luis Rodríguez Zapatero. O incluso contra él. El apoyo formal del presidente del Gobierno en funciones a la reforma del Tratado de la UE acordada por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cayó ayer mal en el PSOE. Ni un ‘pero’ puso a un texto que consagra la austeridad como doctrina única y se olvida, a juicio de buena parte de los dirigentes del partido, del crecimiento. Alfredo Pérez Rubalcaba se encargó de subrayarlo.

El nuevo presidente del grupo parlamentario socialista aprovechó su presencia en el acto de la Constitución para dejar claro que el pacto de Merkel y Sarkozy, miembros ambos del Partido Popular Europeo, no le resulta del todo satisfactorio porque no contempla mecanismos de estabilidad como los eurobonos -títulos de deuda respaldados por todos los países de la zona euro- y, sobre todo, porque no incorpora un plan de «reactivación económica».

Lo hizo cuando ya abandonaba la cámara Baja, después de saber que Zapatero había respondido casi con un ‘amén-jesús’ al plan diseñado por el ‘directorio’ franco-alemán en su afán de mantener el respeto institucional hacia su sucesor en el Ejecutivo, Mariano Rajoy.

«No necesitaba hablar; ha defendido lo contrario de lo que sostienen los socialistas europeos e interfiere en la posición que mantendrá Alfredo en la investidura», reprochaba minutos después un veterano parlamentario socialista.