Diario de León

Asidua a Carolina Herrera y viajes familiares para bucear en Australia

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La familia de Mari no ocultaba su tren de vida. Incluso era conocido por alguno de sus clientes. El chalé de Vilecha, otro en construcción en Las Lomas, un BMW 730... También lujos, como pagar un curso de submarinismo a su hijo en Australia.

Conforme el caso se hace más público en una ciudad pequeña como León se conocen nuevos datos. La familia de María Concepción tiene también otros dos inmuebles en las calles Batalla de Clavijo y González de Lama, y dispone de un Land Rover 4x4, un quad y una moto de 125, además del BMW de alta gama y un Mercedes que conduce su hijo.

Mari vivía bien, y así lo reconocen mucho de sus clientes y vecinos. Vestía en tiendas como Carolina Herrera y contaba sus grandes viajes por medio mundo.

De entrada, el tren de vida no se correspondía con los sueldos de una familia de clase media, pero no con ingresos suficientes como para grandes lujos. Su casa de Vilecha muestra esa afición por la buena vida. Aunque tenga las persianas bajadas, desde fuera deja entrever el tren de vida. «No sé, no tengo ni idea de dónde están, pero vivían bien. Eso se notaba en los coches, en los muebles...», dice un vecino de la calle.

Desde que el escándalo se hiciera público, el chalé tiene la mayor parte de las ventanas bajadas y unos toldos cubren las terrazas por las que se accede a las dos puertas de la casa. Es una vivienda de nueva construcción, levantada con gusto y muy cuidada en su aspecto exterior. El jardín especialmente.

La familia de Mari tiene otro en construcción en las Lomas, en la salida de Valladolid, una zona de expansión muy conocida de la capital.

Aunque el mercado inmobiliario no esté en su mejor momento, a Mari le gustaba invertir su patrimonio en inmuebles.

Casas, coches, viajes... nada faltaba en la vida de esta familia gracias al ‘chiringuito financiero’ montado. El dinero entraba y no salía. Eso sí, a los clientes se les ofrecía grandes rentabilidades.

Mari aseguró en su descargo, cuando Caja España le abrió un expediente, que toda la responsabilidad no era suya y que simplemente era la cabeza de turco de una organización mucho mayor.

De momento, de nada le ha servido. Ayer fue despedida. Al paso dado por la entidad, de denunciarla por la vía penal, se pueden unir pronto otros. Los afectados aún están valorando si también acuden a los tribunales para reclamar su dinero. De momento, algunos no son partidarios porque no quieren que se sepan sus nombres. Pero si quieren recuperar el dinero tendrán que hacerlo. Muchos buscan ahora pruebas.

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