En sintonía con el tecnócrata
Mariano Rajoy voceó durante la campaña electoral que le llevó a La Moncloa que no le gustaban los denominados ‘tecnócratas’. El entonces candidato popular defendía a la política y a los políticos y, de paso, criticaba de soslayo a mandatarios como el italiano Mario Monti que había llegado a la presidencia sin pasar por las urnas.
Las cosas han cambiado de manera notoria. Durante su primer viaje oficial a Roma, el presidente español mostró una total sintonía con Monti, y viceversa. El primer ministro italiano dijo estar «impactado» positivamente por las reformas emprendidas por Rajoy en el ámbito financiero y, sobre todo, laboral. De hecho, anunció que propondrá un encuentro técnico entre ministerios de Italia y España para avanzar en esta cuestión, aunque el problema de desempleo en Italia es mucho menor, porque «tenemos que aprender mucho los unos de los otros».
Rajoy constató su «satisfacción» por esta reunión. Ponderó la «valentía» con la que él y su colega italiano están afrontando las reformas que necesitan sus respectivos países.
Ambos coincidieron en responder que las posibles presiones en la calle no les harían variar su hoja de ruta. «Es un momento difícil, y la gente en Italia y España debe entender que estamos obligados a tomar decisiones difíciles», enfatizó Rajoy. Rajoy y Monti han suscrito, junto a otros diez presidentes europeos, una carta en la que piden a la Comisión Europea que premie los sacrificios en materia de contención del gasto con medidas que garanticen la financiación a empresas y familias. España e Italia quieren sumar fuerzas a la hora de negociar con Bruselas.
La casualidad, o tal vez no, quiso que el presidente español visitase oficialmente Roma el mismo día en el que la Comisión Europea hizo públicas sus previsiones macroeconómicas para 2012. Un vaticinio que confirmó lo adelantado por otros organismos internacionales: que España e Italia entrarán en recesión, con caídas en sus PIB de entre 1 y 1,3 puntos, respectivamente.
Rajoy confesó que esperaba un revés «aún peor» que este decrecimiento de un punto. También dejó claro que no dará su brazo a torcer. Por lo tanto, seguirá metiendo la tijera para cumplir con el objetivo de reducir el déficit.