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la fusión, más cerca | nuevo plan económico financiero

La integración de Ceiss en Unicaja contará con el apoyo de 1.500 millones de dinero público

Caja España-Duero tendrá que responder en solitario de los 1.000 millones de préstamos del FROB.

Álvarez, Pérez Robla, Menéndez y  Sánchez Macias, consejeros de Banco Caja España-Duero, ayer en Madrid.

Álvarez, Pérez Robla, Menéndez y Sánchez Macias, consejeros de Banco Caja España-Duero, ayer en Madrid.

León

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Tras varias semanas de dura negociación con la mediación del Banco de España y el Ministerio de Economía, y después de un año de conversaciones y desencuentros, el proceso de integración por absorción de Banco Caja España-Duero (Ceiss) y Unicaja Banco sale por fin adelante. Los consejos de administración de los bancos creados por las dos cajas aprobaron ayer el nuevo plan económico-financiero de la integración; y deberán acometer en los próximos días la modificación del contrato de integración.

Tras el duro pulso mantenido por el presidente de la entidad malagueña, Braulio Medel, con las autoridades económicas, la integración de los dos bancos contará con el apoyo de 1.500 millones de euros de dinero público, que se suman a los 525 que ya requirió la fusión de Caja España y Caja Duero.

De esta cantidad total, Banco Caja España-Duero tendrá que responder individualmente por 1.000 millones de euros, correspondientes a los 525 millones de euros en participaciones preferentes que en su día concedió el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para la fusión de Caja España y Caja Duero; y a otros 475 millones de euros que se añaden ahora, en obligaciones convertibles que emitirá el Banco Ceiss y que serán también suscritas por el FROB. En este caso, a un interés que ronda el 8%.

Sobre el primero de los préstamos, Caja España-Duero tiene un plazo de cinco años para devolverlo. De no ser así el Banco de España puede transformarlo en capital con derechos políticos.

Otros 1.025 millones. A esta cantidad hay que añadir otra partida que puede alcanzar hasta el límite de los 1.025 millones de euros. Se trata de una «línea de disponibilidad» de obligaciones convertibles desde 375 millones en adelante, según explicó áyer la caja con sede en León en una nota de prensa.

Los convertibles contingentes (los «cocos») son préstamos sin derechos políticos, que se convierten en capital cuando la ratio de solvencia baja de un determinado nivel.

Esta disponibilidad de dinero público, y el hecho de que el Banco Caja España-Duero se hiciera cargo de los fondos para su saneamiento y quedaran al margen del nuevo banco fusionado, fueron algunas de las condiciones que Braulio Medel puso sobre la mesa desde que el Gobierno endureció en febrero las condiciones para el saneamiento de las entidades financieras. Condiciones (en un primer momento su intención era conseguir un Esquema de Protección de Activos, EPA; reservado sólo para entidades intervenidas, nacionalizadas y subastadas) que tensaron la negociación hasta el límite.

Ayer los consejos de administración de ambos bancos aprobaron la «definición concreta» de la estructura de integración, que «se realizará mediante el traspaso de todo el negocio y depósitos de clientes de Banco Caja España-Duero a Unicaja Banco, bajo cuya garantía quedarán los mismos. Banco Ceiss ostentará la propiedad del 30% de Unicaja Banco».

Reparto. Este reparto, que mantiene el pactado inicialmente, supone que Caja España-Duero tendrá que afrontar la devolución del dinero público con los dividendos que cobre por el 30% del nuevo banco fusionado que es de su propiedad. Algo que dejará a la caja local un escaso margen de maniobra económica para afrontar los compromisos de su obra social.

Unicaja ha batallado también para obtener de las autoridades económicas ventajas fiscales y otros beneficios, con los que compensar el cambio de escenario en una operación que antes de febrero veía con buenos ojos, pero que ahora ha aceptado sólo a cambio de nuevas garantías sobre la solvencia de CEISS.

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