Los yogures caducados que come el ministro

El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, aseguraba en una reciente entrevista en la radio pública: «Yo veo un yogur en la nevera con fecha y me lo como cinco días más tarde». Los especialistas sanitarios aconsejan seguir las indicaciones sobre la vida útil de un producto fresco, pero lo cierto es que las palabras del ministro no son en absoluto espontáneas y mucho menos en un contexto en el que se acaba de conocer, según una estadística que él mismo ha presentado, que uno de cada cinco ciudadanos admite hacer lo mismo, se desconoce si por convicción o por necesidad.

Agricultura trabaja en un plan que cambie los hábitos, sobre todo en la hostelería y en la distribución, para reducir el despilfarro de comida y reutilizar alimentos que no han sido adquiridos en los puntos de venta pero que aún se pueden comer.

Se trata, de algún modo, de reproducir el debate actual que mantiene Gobierno y empresas productoras y distribuidoras sobre la fecha de caducidad y el consumo preferente, dos expresiones habitualmente equívocas para el consumidor. La primera advierte sobre el día límite a partir del cual el alimento no es adecuado para el consumo desde el punto de vista sanitario, mientras que el consumo preferente hace mención al tiempo en el que el producto mantiene intactas sus propiedades, sin que suponga un riesgo para la salud.

Las pretensiones de Agricultura son claras: convencer a Sanidad para que admita que aquellos productos con la fecha de consumo preferente ya pasada puedan ser derivados a organizaciones de carácter social para que los distribuyan entre personas sin recursos.