Diario de León

El emperador agradece a Rajoy su gesto en Fukushima

El presidente es el primer gobernante occidental que visita la ciudad.

El emperador de Japón, Akihito, mantuvo una reunión en el Palacio Imperial de Tokio con el presidente Mariano Rajoy.

El emperador de Japón, Akihito, mantuvo una reunión en el Palacio Imperial de Tokio con el presidente Mariano Rajoy.

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a. montilla | (colpisa) madrid

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En una casa real de más de 1.300 años de antigüedad como la japonesa, el protocolo es mucho más que un manual de comportamiento social. El emperador Akihito recibió ayer a Mariano Rajoy en un salón del Palacio Real de Tokio tan inmenso como austero. Sólo dos sillas bajo los techos infinitos de la sala Takenoma y una alfombra roja como única decoración.

Akihito, según explicaron fuentes de la Moncloa, agradeció al presidente del Gobierno su gesto de visitar Fukushima, ciudad marcada por la triple tragedia de marzo de 2011, un tsunami, un terremoto y el accidente en su central nuclear. Rajoy será el primer jefe de gobierno occidental en visitar la zona siniestrada, aunque sólo permanecerá 60 minutos en la ciudad, tiempo máximo de exposición recomendado para zonas con posibles radiaciones altas, y no se acercará a menos de 30 kilómetros de la zona de exclusión de seguridad.

Rajoy aseguró al emperador japonés Akihito que España da por superada la fase de riesgo en Fukushima, como pone de manifiesto su decisión de conocer la zona y presidir la inauguración de una exposición de José María Sicilia, que versa sobre la catástrofe. El emperador lamentó que existan familias, más de 111.000 fueron evacuadas en la crisis, que aún no hayan podido regresar a sus hogares pese a que han transcurrido más de dos años de la catástrofe.

Akihito y el presidente del Gobierno conversaron durante más de 20 minutos sobre las relaciones de ambos países, en especial sobre el Año Dual, que conmemora los 400 años de la llegada de la primera embajada japonesa a España, y de la visita que hizo este año el heredero japonés, Naruhito, a España con motivo de tal efeméride. Rajoy hasta comentó al emperador el caso de Japon Sevilla, un ex árbitro de la Primera División descendiente de los componentes de aquella embajada.

Presume de política

Rajoy está crecido en este viaje. Presumió durante un desayuno con una destacada delegación de empresarios japoneses, que representaban el 50% del PIB del país, de su acierto a la hora de aplicar sus ajustes y reformas porque se había demostrado que «tenía razón». Expuso, además, que mientras hace un año se hablaba del rescate financiero total a España por parte de la Unión Europea, ahora la duda es «cuán grande será el crecimiento económico en nuestro país».

Un claro ejemplo de que se muestra a gusto en este periplo fue su manera de cerrar su discurso durante la inauguración de la primera exposición que el Museo Reina Sofía realiza en el Museo Nacional de Arte Occidental de Japón. Rajoy, que nunca usa en público ningún idioma que no sea el castellano, ni siquiera una palabra en su gallego natal, se atrevió con el japonés y se despidió con un «domo arigato gozaimashita (muchísimas gracias)» que arrancó los aplausos del público. El presidente, al igual que en sus últimos viajes internacionales, concedió dos entrevistas a medios locales. En esta ocasión, y a diferencia de lo que le ocurrió en Nueva York con la agencia de noticias Bloomerg, nadie le preguntó por el caso Bárcenas. Pero hubo sorpresa cuando un periodista del rotativo Yomiuri Shinbun , que vende casi 14 millones de ejemplares diarios, preguntó por el conflicto con el Reino Unido por Gribraltar. «Es un problema que se remonta a hace 300 años, pero ahora no es una cuestión de soberanía, que está ahí, sino de medio ambiente, contrabando y delitos fiscales», respondió Rajoy.

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