Diario de León

RENOVACIÓN EN LA IGLESIA

Blázquez abraza las tesis del papa para dirigir la Iglesia española

El arzobispo de Valladolid, de corte moderado, ha sido elegido por amplia mayoría para sustituir a Rouco

El vicepresidente de la de la Conferencia Episcopal y actualmente arzobispo de Valladolid Ricardo Blázquez.

El vicepresidente de la de la Conferencia Episcopal y actualmente arzobispo de Valladolid Ricardo Blázquez.

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Antonio Paniagua / Madrid
León

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Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, pilotará durante los próximos tres años la Conferencia Episcopal. Él dirigirá la transición de la Iglesia española hacia una nueva etapa que habrá de estar en sintonía con el magisterio del Papa Francisco. Blázquez, que representa una sensibilidad moderada dentro de la jerarquía católica, se impuso con autoridad

Sus colegas le auparon a la presidencia por 60 votos, frente a los diez que cosechó el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, quien ejercerá la vicepresidencia. El titular de la archidiócesis de Sevilla, Juan José Asenjo, obtuvo cinco apoyos; dos el arzobispo castrense, Juan del Río, y uno el obispo de Calahorra, Juan José Omella."La Iglesia es una casa con las puertas abiertas, especialmente para aquellos que sienten la indiferencia de los demás y necesitan apoyo y comprensión, como en el caso de los más débiles", aseguró

El nuevo hombre fuerte de la jerarquía católica no encarna una ruptura con respecto a su antecesor, el cardenal Antonio María Rouco, de quien se declara amigo desde los tiempos en que en que el ahora cardenal era vicerrector de la Universidad Pontificia de Salamanca. Rouco le reclutó como obispo auxiliar de Santiago, así que resultaba obligado expresar su agradecimiento al presidente saliente. "El cardenal Rouco presenta una hoja de servicios inmensa a la Iglesia española". Y con Rouco ha sido vicepresidente durante seis años. Blázquez, de convicciones conservadoras, viene precedido por una fama de hombre dialogante y de temperamento conciliador. Reconocido teólogo, tiene sobrada experiencia en el gobierno de los asuntos eclesiásticos

Los obispos no le reeligieron en 2008 para un segundo trienio y volvieron a colocar a Rouco al frente de la jerarquía eclesiástica. Sus compañeros mantenían una deuda con él, de modo que ahora le han resarcido del agravio

El arzobispo de Valladolid tendrá que desplegar todas sus destrezas para dirigir una Iglesia muy hipotecada por el largo mandato del cardenal Rouco. Como miembro de la Congregación para los Obispos, el purpurado gallego ha muñido muchos nombramientos episcopales, de manera que hay numerosos prelados que todavía le guardan obediencia. Marcaje de Camino Con todo, Blázquez gozará de más autonomía que en su primer mandato

Libre del marcaje de Juan Antonio Martínez Camino, mano derecha Rouco y portavoz durante toda una década de la Conferencia Episcopal, ya no sentirá la sombra alargada del todavía arzobispo de Madrid

Sabe lidiar con el Gobierno de turno. Al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero consiguió arrancarle un nuevo sistema de financiación muy ventajoso para la Iglesia, de modo que la asignación tributaria pasó del un 0,52% a un 0,7%. Por añadidura, negoció el estatus jurídico de los profesores de religión, que fueron equiparados a los funcionarios docentes interinos y siguieron siendo nombrados por el obispo, sin interferencias de la Administración educativa

Ricardo Blázquez carece de programa. Así lo subrayó nada más ser elegido. "Entre todos los obispos lo diseñaremos para todos recorrerlo", dijo Blázquez, quien abogaba de esta forma por una mayor colegialidad en la toma de decisiones frente al presidencialismo de Rouco. "Los pastores de la Iglesia deben imitar al Señor, no otras formas de comportamiento", apostilló. Consciente de que ha sido seleccionado para plasmar en España las directrices del papa argentino, Blázquez prodigó elogios a Jorge Mario Bergoglio. Por de pronto, como el jesuita, piensa ofrecer una imagen más cordial de la Iglesia. "Desde siempre ha testificado [el actual Papa] que el amor de Dios se tiene que manifestar con amabilidad, especialmente en las situaciones de mayor postración de las personas, como los enfermos, los necesitados o los indigentes"

Blázquez no disentirá de los documentos aprobados por el episcopado y que forman ya parte del acervo doctrinal de la Iglesia. Con todo, puede enfocar las cosas de manera distinta. Cuando se le preguntó sobre el aborto, sostuvo, en la defensa de la vida, se debe poner el acento no solo al principio y al final, sino en "todo su trayecto". "También en los niños de la calle y en los niños soldados", apuntó

A diferencia del tono sombrío empleado por Rouco, Ricardo Blázquez describió un panorama algo más luminoso. "Necesitamos todos profundizar en las raíces de la esperanza. Hay motivos para la esperanza, aunque en muchos momentos nos sintamos abrumados por las dificultades e incertidumbres"

Mandato breve Blázquez parece decidido a aliviar el puesto de presidente del Episcopado del acento político que le ha imprimido Rouco. "El hombre es el estilo", dijo el arzobispo para establecer distancias con la personalidad de su predecesor. El mandato del nuevo presidente, que el 13 de abril cumplirá 72 años, será necesariamente corto. No podrá ser reelegido para un segundo trienio porque en 2017 deberá presentar su renuncia y convertirse en obispo emérito

A la vista de la brevedad, el de Blázquez será un gobierno de transición, en el que cabe esperar que se establezcan las bases de la Iglesia renovada que predica el Papa. El arzobispo de Valladolid solo necesitó una votación para imponerse, lo que evidencia que es un eclesiástico que suscita el consenso. Además del tándem Blázquez-Osorio, el comité ejecutivo, el núcleo duro del episcopado, lo integran el secretario general y portavoz, José María Gil Tamayo; Rouco, que por ser arzobispo de Madrid es miembro nato del organismo; el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo; el arzobispo castrense, Juan del Río, y el de Santiago de Compostela, Julián Barrio

Blázquez ha pasado por las diócesis de Palencia, Bilbao y Valladolid

Pese a la fama de obispo españolista con que aterrizó en la diócesis vasca, se condujo con prudencia y se ganó el afecto de sus feligreses

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