Diario de León

EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO

Triana y la policía local hablaron por móvil 17 segundos justo después de la muerte de Carrasco

La agente confiesa ante la jueza que tomó una café en casa de Triana antes del crimen de Carrasco

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La investigación del crimen de Isabel Carrasco ha comprobado que Triana y su amiga Raquel Gago, agente de la policía local de León, mantuvieeron una conversación por el teléfono móvil de 17 segundos justo después de la muerte de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación, abatida a tiros en la pasarela peatonal del río Bernesga. Los investigadores han encargado a las compañías de teléfono de las tres encarceladas un rastreo para tratar de determinar si la agente municipal se encontraba también en el lugar del crimen.

Raquel Gago, íntima amiga de Triana y como ella y la madre ahora encarcelada por el crimen de Isabel Carrasco, confesó ante la jueza que el día de la muerte de la presidenta de la Diputación tomó un café con Triana en la casa de la hija de la asesina y que luego se despidieron, emplazándose para verse más tarde.

La imputación por homicidio hecha por la jueza contra Gago, que ayer a las 7 de la tarde ingresó en la cárcel en Mansilla de las Mulas, donde desde la madrugada del jueves se encuentran madre e hija, confirma que hasta ahora las pruebas apuntarían a que la agente local fue algo más que encubridora. Según fuentes judiciales, una imputación tan grave responde a las sospechas de que la funcionaria podría ser acusada de cooperadora necesaria del crimen, al estar al tanto de las intenciones de Montserrat González y Triana Martínez. Los investigadores no consideran en ningún caso aclarado el papel en el crimen de Raquel Gago, que, tras 17 años en el cuerpo local sin ningún tipo de incidente y con una hoja de servicio impoluta fue apartada del servicio el miércoles y suspendida 24 horas más tarde de empleo y sueldo dos meses por el Ayuntamiento de León. Pese a ello, Gago llegó a los Juzgados a declarar en un coche oficial de la Policía con un conductor y su abogado dentro. El vehículo fue introducido a toda velocidad por la puerta de atrás del Palacio de Justicia de León. 

Según fuentes judiciales, ni la magistrada ni la Fiscalía, tras tres horas y media de interrogatorio, creyeron la versión de la agente, que estuvo "plagada de incongruencias". La mayor de todas que no sospechó que su amiga podía estar detrás del crimen pese a reconocer en su declaración ante la jueza del número 4 de León que había escuchado las intenciones de Triana en numerosas ocasiones.

"Triana me dijo muchas veces que quería matar a Isabel Carrasco, pero yo no le creía", dijo ante la jueza.

Cuando la magistrada le preguntó a Gago por qué no se le pasó por la cabeza ir a la Policía Nacional el mismo día de los hechos, después de saber que a su amiga estaba detenida y sabiendo que Triana Martínez había pedido citarse con ella poco después del asesinato, la respuesta de la agente municipal fue desconcertante: "Me bloqueo. Es que con en este tipo de situaciones me bloqueo".

La jueza decretó para ella prisión incondicional y por idénticos cargos que la madre y la hija: homicidio, tenencia ilícita de armas y atentado a la autoridad. Así fue cómo la juez de instrucción número 4 de León envió a la cárcel a Raquel Gago Rodríguez, de 41 años, la policía local de León que 30 horas después del asesinato de Isabel Carrasco se personó en la comisaría de la Policía Nacional para entregar el arma homicida alegando que acaba de encontrarla en la parte trasera de su vehículo.

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