Diario de León

La Guardia Civil pierde a tres agentes de élite al estrellarse su helicóptero de rescate

Las víctimas son dos pilotos del Servicio Aéreo de la Virgen del Camino y un miembro del Greim . Una de las hélices de la nave chocó contra la ladera de La Polinosa y se precipitó al vacío en llamas. Un agente sobrevivió y fue rescatado junto al deportista herido, que participaba en una carrera

Compañeros de los guardias civiles fallecidos se abrazan desconsolados durante el rescate

Compañeros de los guardias civiles fallecidos se abrazan desconsolados durante el rescate

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León

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El pico La Polinosa, (2.159 metros) en el Parque Regional de Picos de Europa, fue ayer escenario de una de las peores tragedias vividas en las cumbres leonesas. Tres experimentados guardias civiles de élite en rescates de montaña, el capitán Emilio Pérez Peláez, de 55 años, natural de Zamora, el teniente Marcos Antonio Benito Rodríguez, de 50 años, de Madrid, —ambos del Servicio Aéreo con base en La Virgen del Camino— y el agente José Martínez Conejo, leonés de 49 años, destinado en el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de Sabero, perdieron la vida en el rescate de un deportista participante en el Raid Picos de Europa al estrellarse el helicóptero en el que desarrollaban la operación. Una llamada a Emergencias 112 efectuada a las 8.55 horas dio la voz del alarma del accidente. Fue efectuada por el sargento jefe del Greim de Sabero, Enrique Ferrero, de 37 años, que también participaba en el rescate y que se salvó junto al herido.

El helicóptero había localizado al montañero 45 minutos antes y, tras realizar las maniobras de acercamiento, los dos agentes del Greim bajaron a auxiliar al herido. Una vez instalado en la camilla, Martínez Conejo volvió al aparato. Fue entonces cuando, según las primeras investigaciones, la hélice del helicóptero chocó contra la ladera de la montaña y provocó la caida del aparato con sus ocupantes a bordo. Los tres fallecieron en el acto.

A continuación se desplegó un dispositivo en el que participaron ocho efectivos del Greim de Sabero y de Potes, y del servicio de Protección Civil de la Junta, que rescataron al herido y al sargento Ferrero, que rechazó ser trasladado y se quedó para colaborar en el operativo de rescate de sus compañeros. El herido, Damián Ramos, gallego de 28 años, fue trasladado al hospital de Arriondas por el Grupo de Rescate de bomberos del Servicio de Emergencias de Asturias (Sepa) con una fractura abierta de tobillo.

Después de varias horas, los miembros del operativo lograban rescatar a los fallecidos del los restos del helicóptero, que quedó convertido en un amasijo de hierros tras arder en la explosión.

A las dos de las tarde llegaba el primer cuerpo a la base de operaciones ubicada en Maraña. Minutos después, un segundo helicóptero transportó a los otros dos fallecidos. Desde allí fueron trasladados al Anatómico Forense, donde se les realizó la autopsia.

En la zona del siniestro se congregaron compañeros de las víctimas entre evidentes muestras de dolor. A la base de operaciones se desplazaron también autoridades como el presidente de la Diputación, Marcos Marcos Martínez Barazón, el diputado de Cistierna y alcalde Sabero, Francisco García, y varios alcaldes de la montaña.

Desde Madrid, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, se desplazaron a León para reunirse con los mandos y los familiares de las fallecidos. La Comandancia de la Guardia Civil fue el epicentro del dolor durante las horas posteriores al rescate de los cuerpos. Allí se congregraron compañeros y familiares de las víctimas, cuya desaparición supone un fuerte golpe para el Cuerpo, que pierde a tres de sus efectivos con más experiencia en los rescates de alta montaña.

Anoche, los allegados velaron a las víctimas en la capilla ardiente instalada en la Comandancia de la Guardia Civil. El funeral se celebrará hoy, a las 17.00 horas, en la Catedral. Durante las honras fúnebres, fallecidos y superviviente serán condecorados con la máxima distinción de la Benemérita, la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, y con la Cruz de Oro de Protección Civil.

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