Diario de León

Rajoy ve difícil que los nacionalistas se sumen a una reforma constitucional

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paula de las heras | madrid
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Ya no es una idea desesperada del PSOE para resolver sus propias contradicciones internas y sus líos con el PSC. Mariano Rajoy sigue poniendo enormes ‘peros’ a una reforma de la Constitución como fórmula para aliviar la tensión territorial de Cataluña, pero admite que como idea abstracta «no está mal» y, según dejó entrever ayer durante el coloquio posterior a su discurso de clausura del Congreso del Instituto de la Empresa Familiar, sus reticencias se verían enormemente diluidas si recibiera alguna señal que le permita pensar que las fuerzas nacionalistas buscarían el pacto y no la ruptura.

«Yo creo que es posible que PP y PSOE se pongan de acuerdo -admitió- ¿pero creen ustedes que es posible que aquellos que quieran el derecho de autodeterminación la vayan a apoyar o es que creen que debemos poner en nuestra Constitución el derecho de autodeterminación, que no existe en ninguna Constitución del mundo (existía en la de Yugoslavia, en la de la URSS y en la de Etiopía). Esas son las preguntas que hay que hacerse», argumentó el jefe del Ejecutivo.

Su exposición, que no fue a iniciativa propia sino a preguntas de los empresarios presentes -«esta cuestión es probablemente la que más le importe hoy en día al conjunto de los ciudadanos», admitió el propio Rajoy- arroja algo de luz sobre la posición del Gobierno y sobre el terreno de juego en el que, con todas las cautelas, estaría dispuesto a jugar tras el 9-N siempre que se rebajen los ánimos y las pretensiones de las fuerzas denominadas soberanistas.

El presidente del Gobierno y el líder de la oposición, Pedro Sánchez, han hablado varias veces sobre este asunto desde su primera reunión el pasado julio, según confirman fuentes de la cúpula socialista. El PP insiste en que con el escenario político actual no es pertinente crear una ponencia parlamentaria para debatir sobre la reforma. Ni tan siquiera abre la puerta a una mesa de partidos ajena al Congreso, pero Rajoy sí se deja querer y manda mensajes sutiles a CiU para que reoriente el tiro.

«Estoy dispuesto a escuchar todas las propuestas de reforma de la Constitución pero me gustaría que se hicieran y que tengan un mínimo de consenso -insistió- porque creo que en este momento una Constitución para solo dos partidos no es el mejor servicio que se puede hacer a España». Esa es la clave porque, como admiten en el PSOE, el temor de los dos grandes partidos es realizar un movimiento que, a todas luces es arriesgado, y que Cataluña «no responda».

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