No han pactado por «oportunismo político»
El Gobierno vuelve a tender la mano al PSOE para acordar un plan anticorrupción, porque «nadie entendería que no hubiese acuerdo», en palabras de la vicepresidenta .
Se ha revelado como el tendón de Aquiles de los populares. Los casos de corrupción carcomen los respaldos del PP y, conscientes de ello, los socialistas evitan un acuerdo que alimentaría aún más la percepción de que tanto monta, monta tanto un partido como el otro. De ahí que el rechazo del PSOE a un pacto global haya sido entendido en el Ejecutivo como un gesto egoista de «oportunismo político».
El día después del debate parlamentario en el que Mariano Rajoy presentó un paquete de medidas anticorrupción, su número dos en el Gobierno pidió «reflexión» al PSOE y replicó a Pedro Sánchez que si las leyes no están aún aprobadas es porque los socialistas necesitaron tiempo para elegir un nuevo secretario general. «Luego nos dicen que cómo hemos tardado tanto; pues oiga, por esperarles a ustedes», respondió la vicepresidenta en la comparecencia tras el Consejo de Ministros.
Hasta después del verano, cuando los escándalos comenzaron a minar de manera más clara al PP, ambas fuerzas políticas negociaban actuaciones para frenar la lacra. Ahora Soraya Sáenz de Santamaría recrimina a los socialistas su actitud. «No se puede decir en la misma frase que llegamos tarde y que les esperemos más. Hemos estado esperando todos estos meses porque creíamos en su voluntad de consenso».
El Ejecutivo volvió a tender ayer la mano a la oposición para «recorrer juntos el camino» y porque «nadie entendería que no hubiese acuerdo». Sostiene la vicepresidenta, sin embargo, que «no queda mucho tiempo» y que las normas se aprobarán «de inmediato» con o sin apoyo socialista.
El ex presidente José María Aznar terció en el debate desde Barcelona para advertir a los suyos del riesgo de una «hiperregulación» con tanta medida.