Diario de León

Mas exige una «mayoría absoluta clara» para culminar el proceso secesionista

Si el Gobierno impide celebrar un referéndum vinculante, proclamarán la independencia.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su intervención en un acto ayer.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su intervención en un acto ayer.

Publicado por
cristian reino | barcelona
León

Creado:

Actualizado:

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, reclamó ayer una «mayoría absoluta clara» de las fuerzas soberanistas como requisito ineludible para culminar el proceso soberanista. Mas no quiso concretar el número de diputados que entre CiU y Esquerra deberían sumar para que las formaciones independentistas den por ganado el plebiscito, aunque dio a entender que con los 68 escaños con los que se alcanza la mayoría absoluta en el Parlamento catalán no será suficiente para que la lectura en Madrid y Bruselas del apoyo del electorado catalán a la secesión sea inequívoca .

«Si fuera un referéndum puro se necesitaría el 50% de los votos», dijo, pero «no estamos haciendo un referéndum puro», de manera que «será necesaria una mayoría absoluta clara de la suma de las fuerzas soberanistas», añadió. Tampoco dejó claro si bastaría con la suma de CiU y Esquerra, o si también incluiría a la CUP. Dicho en cifras. Entre convergentes y republicanos suman a día de hoy 71 diputados, tres más que la mayoría absoluta. Con la CUP, el soberanismo se eleva a 74, el 54% de los escaños de la cámara autonómica, y hay quien apunta que la suma debería situarse en los dos tercios del Parlamento, que es la mayoría necesaria para reformar el Estatuto de autonomía.

Si CiU y Esquerra se quedan en los 68 diputados que les han vaticinado los últimos sondeos publicados obtendrían la mayoría absoluta, si bien la pérdida de tres escaños podría ser interpretada como un pinchazo del tándem soberanista, y por ende del proceso que encabezan, por lo que se antoja que con la mayoría absoluta a secas podrían quedarse cortos.

La suma mínima exigible para que el «mundo sepa que tiene que sentarse a negociar un nuevo Estado», según Mas, y que Junqueras pide que sea lo «más amplia y sólida posible», será, en cualquier caso, uno de los aspectos que deberán pactar antes del 27-S, si quieren convertir las elecciones en un plebiscito. Si CiU y Esquerra logran esa mayoría clara, al día siguiente de las elecciones, que Mas convocará formalmente el próximo 3 agosto, empezarán a aplicar la hoja de ruta que prevén pactar en las próximas semanas.

El borrador del documento sobre el que trabajan ambas formaciones, y que toma como base uno que ya elaboró el Consejo Asesor para la Transición Nacional, plantea que CiU y Esquerra concurran con un programa electoral que incluya un pronunciamiento favorable a la independencia, se comprometan a iniciar la elaboración de la constitución catalana, creen estructuras de estado, tales como la Hacienda propia, la Seguridad Social o la acción exterior, y abran un periodo de 18 meses en el que deberán ejercer «actos de soberanía» que implicarán la ruptura de facto con el Estado.

Tras los comicios, la idea que manejan Convergència y Esquerra -Unió se ha quedado fuera de la mesa de negociación por voluntad propia- será aprobar una declaración solemne que proclamará la voluntad de iniciar el proceso hacia la independencia y acto seguido el Gobierno catalán abrirá las negociaciones para el reconocimiento del nuevo Estado a nivel internacional. En ese periodo de año y medio, Mas pretende forzar un referéndum vinculante sobre la independencia, como el escocés, pero si el Gobierno central no lo autoriza, las fuerzas soberanistas proclamarán de manera unilateral el Estado catalán. Un referéndum sobre la nueva constitución catalana, de la que ya empiezan a circular borradores, y unas elecciones darían por concluido el proceso.

Para ese escenario, en cualquier caso, aún quedan unos meses. Mientras tanto, CiU y Esquerra han recobrado una cierta sintonía después de los desencuentros de los dos últimos meses, y además de la hoja de ruta, trabajan también en el proyecto de presupuestos de la Generalitat, cuyo debate comienza el lunes y se prolongará un par de semanas, y que para el Gobierno catalán es de la máxima importancia. Tras unos meses en los que parecía que el proceso se dirigía al «precipicio», según Mas, el acuerdo alcanzado el miércoles ha recuperado el buen clima entre ambos.

tracking