Diario de León

Las eléctricas no desvelan sus planes sobre si adaptarán las térmicas a la directiva europea

Las empresas tienen hasta octubre para decidirse, pero las mineras no aguantarán si no firman contratos de compra urgentes.

León

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Las empresas eléctricas no desvelan sus planes sobre el futuro de las centrales térmicas que queman carbón nacional. Oficialmente tienen hasta octubre de este año para tomar su decisión, pero si Bruselas acepta el mecanismo propuesto por Industria de vincular el consumo de carbón nacional a las ayudas para acometer las inversiones por parte de las térmicas, bajo la fórmula de compensación por pagos por capacidad, deberán definir antes si siguen contando con el mineral autóctono. Eso o dejar que la asfixia económica por impagos e incumplimientos acabe agotando las fuerzas de las compañías mineras, que tienen ya muy poco margen de resistencia.

Las eléctricas deben comunicar antes del 1 de octubre al Gobierno su decisión sobre si acometen o no las inversiones necesarias para adaptarse a la directiva europea de emisiones industriales (una decisión que debían haber tomado ya, pero sobre la que se habilitó una prórroga). Y en caso de que la decisión sea adaptarse, el Ejecutivo debe presentar el 1 de enero de 2016 a la Unión Europea un plan de inversiones y actuaciones para ajustarse a las exigencias de la directiva sobre reducción de emisiones de azufre y óxido de nitrógeno.

De no ser así las térmicas tendrán que asumir un proceso de reducción de la generación que acabará con la desaparición del sector minero nacional. En la provincia de León Gas Natural Fenosa gestiona la térmica de La Robla, Endesa la de Compostilla y entre las dos eléctricas la de Anllares.

De momento Endesa guarda silencio sobre sus intenciones y se remite a la fecha de octubre para hacer pública su decisión. En cualquier caso, esta semana ha presentado sus resultados y su plan estratégico de 2015 a 2019, en el que no se especifica ningún apartado para inversiones a realizar en las térmicas.

Por su parte Gas Natural Fenosa argumenta que la térmica de La Robla es un activo importante dentro de su parque de generación eléctrica, por lo que asegura que su voluntad es mantener la actividad en el futuro. Y añade que la empresa analiza las diferentes alternativas para adecuarse a las nuevas exigencias de la directiva europea sobre emisiones.

Incertidumbres

Sin embargo, matiza que este análisis tiene en cuenta tanto el volumen económico necesario para cumplir los límites de inversión exigidos como las incertidumbres que se dan en el sector en el momento actual y las expectativas de futuro que tenga la planta. Fuentes consultadas calculan el coste medio de adaptación de las térmicas en unos 55 millones, aunque desde el sector eléctrico se apunta que las inversiones necesarias pueden alcanzar los 200 millones.

De cualquier forma Gas Natural Fenosa insiste en el argumento que ha llevado a bloquear la negociación y la compra con la Hullera Vasco Leonesa (antes de que la Junta forzara un compromiso de adquisición de 60.000 toneladas en dos meses). Dentro del análisis que realiza para determinar si adaptará la térmica de La Robla para que tenga futuro, el precio del carbón autóctono será un factor clave. Porque, destaca, será ese precio el que le permita o no recuperar las inversiones necesarias para adaptarse a la directiva.

Y para recuperarlo necesita que la central funcione el mayor número de horas posible, lo que en un mercado libre sólo es posible si puede competir con las otras energías. E insiste en que esta competitividad sólo es posible con el coste del combustible.

También otras fuentes apuntan que en realidad el interés de la compañía eléctrica, la mayor distribuidora de gas natural en España, no está en fomentar el uso del carbón, ya que considera que perjudica a su negocio fundamental, el gas.

Simplificar

Fuentes del sector eléctrico señalan que limitar el debate al precio del carbón es simplificar un asunto en el que tiene mucho que ver también la calidad del carbón que entregan las minas leonesas; así como la seguridad de que los suministros se van a realizar sin problemas a largo plazo. Y ahí hablan de más de diez años.

Las eléctricas muestran también sus dudas sobre la capacidad de las empresas mineras locales de garantizar un suministro suficiente de carbón como para cumplir las previsiones de generación.

Su decisión final sobre las inversiones a realizar dependerá de que se fije un marco estable y seguro para el negocio en un mercado libre. Libre pero, eso sí, con medidas de apoyo para las eléctricas, según recoge el Marco de Actuación, que llevarán necesariamente aparejados compromisos de compra a las empresas mineras. El objetivo es, al menos sobre el papel, el mantenimiento de una industria competitiva de carbón nacional, que garantice la seguridad del suministro.

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