LAS AUTOPISTAS DEL CIELO
10.000 aviones en el aire
La posibilidad de que se produzca un accidente aéreo es de una entre 1,4 millones
Aviones que sobrevolaban parte de Europa ayer a las seis de la tarde según la web de Flightradar.
Pese al impacto que tiene cualquier accidente de avión, especialmente en un entorno próximo como en este caso el europeo, la realidad es que el aéreo es el medio de transporte más seguro y controlado que existe. Basta un dato. El cielo está permanentemente plagado de aviones en vuelo. Entre 8.000 y 13.000 aviones de pasajeros sobrevuelan ahora mismo el mundo. Y en ellos trabajan entre 48.000 y 78.000 tripulantes. Entre todos desplazan a cuatro millones de pasajeros cada día. Un auténtico país en el aire, siempre, de día y de noche.
La estimación de los 10.000 aviones en el aire que sustenta esta información la ha realizado la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zurich (ZHAW). Y aún podría quedarse corta si se tiene en cuenta que las grandes aerolíneas de EEUU suman unos 5.000 aviones comerciales, que sólo Iberia tiene 200 y que cualquier avión pasa más del 90% del tiempo volando para ser rentable.
Hay más cifras para certificar este maremágnum que parece así aún más controlado. En el mundo hay 9.000 aeropuertos por los que en un año pasan más de 2.300 millones de personas. Y cuando se produce un accidente de avión hay que esgrimir una llamada a la calma. La posibilidad de accidente es una entre 1,4 millones de vuelos.
La totalidad de pilotos de vuelos comerciales consultados no han experimentado en toda su carrera profesional incidentes que hayan supuesto un riesgo. Además, todos subrayan los intensos cursos de formación y capacitación que realizan, las continuas revisiones médicas, hasta los extremos controles del propio avión antes de iniciar un vuelo.
Cada vez que un avión va a iniciar un vuelo se siguen unos protocolos de seguridad extremos que comienzan con el despacho o tramitación de la salida del avión en la terminal, donde el comandante conoce al resto de su tripulación y, después, se reúne con un controlador de su compañía que le entrega un amplio dosier con todos los detalles de la ruta y donde se especifican las incidencias que pueden surgir, desde las metereológicas hasta otras más físicas, como la existencia de una torre mal señalizada en una aproximación al aeropuerto o las rutas de evasión que debe seguir en caso de incidencia en vuelo.
Ya dentro del vión vuelven a sucederse los controles. Miles de procedimientos de operación, pero también de elementos físicos se controlan automática y manualmente. El copiloto, por ejemplo, realiza una inspección visual exhaustiva de elementos como los neumáticos, los motores, el fuselaje, la mercancía que se carga en la bodega, etcétera.