Rajoy recalca que ningún Gobierno permitirá la independencia de Cataluña

Mariano Rajoy fue ayer tajante en su respuesta al acuerdo suscrito por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y el líder de ERC, Oriol Junqueras para declarar la independencia de Cataluña en 18 meses a partir de las elecciones del 27 de septiembre. El jefe del Ejecutivo calificó de «mala noticia» para los españoles el hecho de que los líderes de los dos principales partidos políticos catalanes hayan decidido comprometerse con ese objetivo pero aseguró que su pretensión es inviable. «Ningún Gobierno aceptará la ruptura de la soberanía nacional», dijo durante una rueda de prensa en la Moncloa junto al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

El presidente del Gobierno trató en cierto modo de restar relevancia al nuevo plan para la secesión de Cataluña al recordar que no es la primera iniciativa de este tipo que las fuerzas soberanistas ponen en marcha en los últimos años e hizo hincapié en el argumento que ha empleado en otras tantas ocasiones: que la ruptura no cabe en la actual Constitución y que en España «la ley está por encima de todos y afecta a todos». Así dio a entender que tampoco este nuevo intento le hará moverse de sus posiciones ni dará paso a ningún tipo de negociación con el ejecutivo catalán.

«Va contra el sino de la historia, contra 500 años de historia común, rompe todos los lazos que nos unen y obliga a muchos catalanes a dejar de ser españoles y europeos —adujo-; el Gobierno va seguir trabajando para la convivencia».

Pero sobre todo, Rajoy discutió el pilar sobre el que tanto Mas como ERC pretenden construir un nuevo Estado catalán y negó supuesto carácter plebiscitario que tanto Convergencia como Esquerra conceden a los futuros comicios catalanes. «Hay unas elecciones para septiembre anunciadas, no convocadas y si finalmente se producen serán unas elecciones autonómicas», subrayó.

El PSOE también se pronunció en contra de la ‘hoja de ruta’ independentista. Patxi López, secretario de Acción Política, advirtió a Mas de que la sociedad catalana se está ahogando en «un ruido permanente que no lleva a ninguna parte y que no resuelve ninguno de sus problemas». Pero también se distanció de Rajoy y volvió a poner sobre la mesa la necesidad de reformar la Constitución para avanzar hacia un modelo federal.

El plan acordado por el jefe del ejecutivo catalán y e líder de Esquerra tampoco cuenta, en todo caso, con el respaldo unánime de todas las fuerzas que hasta ahora habían participado en el ‘proceso soberanista’. No lo firman Unió, ICV, la CUP ni Esquerra Unida. Sus autores saben que eso resta fuerza a sus pretensiones y por eso hoy llamaron a todos a «compartir» la apuesta.

Unió, eterno socio de Convergencia en una relación ahora dañada, no hablará hasta junio; Iniciativa ya se ha desmarcado y el único con representación parlamentaria que ve con buenos ojos el acuerdo es la CUP, que este martes mostró su disposición a sumarse, aunque de manera crítica.

El consejero de Presidencia, Francesc Homs, retó aún así a Rajoy a acatar lo que decidan los catalanes en las urnas el próximo 27 de septiembre y adujo que quien más contribuye a que las elecciones sean «plebiscitarias» es el propio presidente del Gobierno cuando hace campaña por el ‘no’ a la independencia. «Lo que me gustaría escucharle es que tendrá en cuenta y respetará lo que exprese democráticamente el pueblo catalán», dijo.

Homs negó que el Gobierno catalán se vaya a situar al margen de la ley si sus deseos se cumplen y las fuerzas independentistas obtienen una mayoría sólida en las urnas. «Si no se puede canalizar la voluntad de la ciudadanía, querrá decir que no estamos en un estado democrático», argumentó. Oriol Junqueras, mientras, se adelantó ya sobre el plan fijado y aseguró que ejercerá la independencia «desde el primer día», es decir sin tener en cuenta el proceso de 18 meses, si hay una mayoría soberanista.