Aquellos carteles de quita y pon

El paso por la política resulta tan liviano que a veces no pasa de un muro y un cartel electoral. Se superponen los tiempos y las ocasiones mientras cambian las caras de los candidatos y de los elegidos. En un soporte de propaganda electoral apareció el cartel de Amilivia después de que las inclemencias mojaran y despegaran la llamada del socialista Fernández al voto. En otro, se dividió la faz de la UPL entre Joaquín Otero y Javier Chamorro, casi como una ironía de lo que ocurría en el discurso orgánico y de representación electa del partido leonesista. No está en imagen, pero la palma se la lleva una pared de La Virgen del Camino con dos carteles del alcalde; con la UPL y con el PP. El resultado fue el mismo.