Los centros de menores y de acogida de inmigrantes, los puntos negros del sistema

Son millares de páginas y referencia sobres denuncias e inspecciones a establecimientos donde se retiene a personas por diferentes circunstancias. Pero el informe anual del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), el organismo del Defensor del Pueblo encargado de evitar e investigar los malos tratos, se muestra especialmente «preocupado», cuando no alarmado, sobre la situación en dos tipos de instalaciones muy concretas: los centros de menores, donde se interna a los adolescentes que han cometido algún tipo de delitos, y los centros de acogida de los inmigrantes clandestinos recién llegados a España en embarcaciones.

Sobre los establecimientos para menores, el informe destaca la falta de garantías y justificaciones para la restricción de derechos de los jóvenes no adultos. Sobre los segundos, directamente, su precariedad para atender a personas, entre ellas embarazadas y bebés, que han pasado días en altamar.

El MNP no habla de malos tratos en los centros de menores, pero denuncia sin ambages el supuesto abuso en las sanciones disciplinarias y en los registros, así como la práctica ausencia de vías de los recluidos para denunciar su situación. Esta carencia de mecanismos de denuncia obdece a que «con carácter general, los abogados de oficio no visitan a los menores durante el tiempo en el que se encuentran cumpliendo estas medidas», denuncia el departamento que dirige Soledad Becerril.

El Defensor se ve en la necesidad de recordar a los responsables de esos centros que los registros personales, de ropa, enseres y dependencias de los menores se deben limitar a las «previsiones legales y reglamentarias» y, sobre todo, no se puede abusar de ellos para no vulnerar el derecho a la intimidad. El informe insiste que los registros que incluyan desnudos deben tener la autorización previa del director del centro y que tienen que haber sido comunicados y justificados al juez de menores y al fiscal.0