Diario de León

Convertir el santo en la seña

El innegable atractivo de las principales fiestas religiosas y tradicionales, Semana Santa y San Froilán, supondrá una mayor fuente de ingresos con una promoción más audaz.

Momento central de la Semana Santa de León con El Encuentro como protagonista en la Plaza Mayor, miles de personas se dan cita cada mañana del Viernes Santo.

Momento central de la Semana Santa de León con El Encuentro como protagonista en la Plaza Mayor, miles de personas se dan cita cada mañana del Viernes Santo.

León

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Las actividades religiosas suponen para León uno de los principales atractivos de cara al mercado turístico. La Semana Santa, las fiestas locales de San Froilán, Las Cabezadas y Las Cantaderas y un giro en la política turística de cara a las Navidades podrían convertirse en una fuente de ingresos notable para la capital. Con una gestión adecuada, eso sí.

Los diez días de la Semana de Pasión por excelencia, se convierten al final en dos noches reales. Los turistas pernoctan en Jueves Santo y en Viernes Santo de forma mayoritaria, pero el resto de los días, apenas se convierten en viajeros de ida y vuelta. Potenciar las excelencias del Viernes de Dolores, con la procesión de la patrona de la ciudad (diferente a cuantas se conocen de forma tradicional), aprovechar las habituales bondades de la climatología el sábado y el Domingo de Ramos (hay un campo abierto muy basto con la procesión de La Borriquita) y fomentar el disfrute de Lunes, Martes y Miércoles Santo por la vía de las actividades paralelas (paquetes turísticos que muestren la provincia además de las procesiones) puede ser una buena fórmula.

La única actividad de la Semana Santa que atrae turismo es curiosamente la que menos gusta a los papones. La procesión irreverente de Genarín ofrece una propuesta al visitante que, más allá de la publicidad que los informativos de las televisiones nacionales puedan hacer cada Viernes Santo de los estragos causados, deja bastante menos ingresos económicos de los que se piensa. Las empresas que desplazan a los jóvenes procedentes de otras provincias son ajenas a León, el consumo que se realiza esa noche es bastante bajo puesto que en la mayor parte de los casos las botellas ya vienen puestas de casa y en suma, no parece que haya un aliciente económico importante en la celebración del rito pagano de la noche de Jueves Santo.

San Froilán como propuesta sí parece haberle tomado la dirección adecuada al propósito que se busca. Da la sensación de que el turismo extranjero puede ser un campo de actuación bastante interesante en ese ámbito, si bien a nivel nacional la raigambre histórica de la celebración también tiene su tirón. Y en los mismos términos se mueven Las Cantaderas, la otra versión del mismo conflicto tradicional llevado a la categoría de fiesta.

En materia de Navidades hay un campo abierto que se antoja excelente a los ojos del visitante. El hecho de que en los últimos años se haya tratado de implementar actividades paralelas puede ser una buena fórmula para generar recursos económicos y dotar a la ciudad de una actividad que quizá de otra forma no tendría.

A título intemporal queda la apuesta por el Museo de la Semana Santa, que requiere una inversión fuerte pero que convenientemente gestionado, puede convertirse en un atractivo de primer orden para la ciudad. Todo es cuestión de poner imaginación y de apostar con verdadera dedicación.

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