Rivera apela al voto joven para terminar con "la política basura"

Lleva días el candidato de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, Albert Rivera, haciendo llamamientos denodados a la movilización. Sabe que solo con una alta participación, que él cifra en al menos del 80%, su partido puede convertirse el próximo domingo en la fuerza decisiva que tendrá la llave de la gobernabilidad. Por eso, Rivera está apelando tanto en estos últimos días de campaña a los votantes indecisos ("a la gente normal", como dijo en su mitin central de Vistalegre).

Este martes ha incluido en el mensaje a los jóvenes. El cara a cara televisivo entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, su formato y sus formas, le han allanado el terreno. "El que todavía no sabe qué votar que vuelva a ver el debate y lo que verá es lo que no necesita España", ha clamado el líder de C's en una entrevista aOnda Cero. "Fue el último debate del desencuentro, parecía que estábamos volviendo al pasado", ha constatado un Rivera que insiste: "Hay que pasar página de lo que vimos anoche".

Para tratar de ganarse las simpatías de los votantes más noveles ha aprovechado para recordar, entre otras medidas, que el suyo fue elprimer partido que llevó la dación en pago a un parlamento, el de Catalunya, "cuando Podemos ni siquiera existía". "Nuestra propuesta sobre la dacion en pago fue, en ese momento, la petición literal que nos había hecho llegar la PAH", ha asegurado.

 

A VUELTAS CON EL ESCRACHE

De ahí que Rivera se haya mostrado más que indignado (y hasta cierto punto incluso sorprendido) por haber sido los suyos víctimas de un escrache. "Esto es la política basura que preconizan algunos: primero, fueron las declaraciones de Monedero; luego, los tuits falsos, y ayer incluso, como se vio en el car a cara, el insulto. Yo puedo discrepar con Rajoy, pero nunca llegaría a injuriarlo", ha declarado.

Sobre pactos poselectorales, el presidenciable de Ciudadanos ha vuelto a hacer un guiño a los electores jóvenes, asegurándoles que "el problema no son Rajoy y Sánchez, es un problema de cómo se entiende la política, de tener manos libres para hacer cambios".