Diario de León

EL NUEVO GOBIERNO DEBERÁ ESPERAR

Sánchez, derrotado: incertidumbre

Rajoy y Sánchez se acusan de corrupción por utilizar al rey para sus intereses políticos López vuelve a permitir que el pleno de investidura degenere en una bronca general El socialista intentará que el rey le proponga de nuevo.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, saluda a sus compañeros de partido antes de abandonar el hemiciclo. BALLESTEROS

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, saluda a sus compañeros de partido antes de abandonar el hemiciclo. BALLESTEROS

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ramón gorriarán | madrid

Tampoco a la segunda. Pedro Sánchez cosechó una nueva derrota en la última votación del debate de investidura. Obtuvo 131 votos a favor y 219 en contra. Un resultado que adentra a las fuerzas políticas y las instituciones en un territorio virgen. Nunca en los 38 años de vida constitucional un candidato a la investidura había salido rechazado del Congreso.

El candidato socialista sólo consiguió sumar a la diputada de Coalición Canaria a los 130 diputados del PSOE y Ciudadanos. El mayoritario bloque del no se mantuvo incólume. El presidente del Congreso, Patxi López, comunicará el resultado al rey el lunes y dejará en manos de Felipe VI el próximo movimiento para deshacer el nuevo bloqueo institucional.

Aunque fue un debate comprimido y menos bronco que el del miércoles, tuvo momentos de alto voltaje. Sobre todo antes de la votación, cuando el portavoz de Ciudadanos pidió la palabra por alusiones para negar una afirmación de Esquerra, que acusó a su partido de no haber condenado el franquismo. López concedió el turno, pero negó la réplica a los republicanos. El portavoz del PP aprovechó el tumulto para reclamar su turno por no se sabe qué falsedades imputadas a Mariano Rajoy. El presidente del Congreso, en vez de zanjar el asunto, se enzarzó en una discusión con Rafael Hernando, que calentó los ánimos de sus señorías populares. El resultado fue una bronca general por la falta de pericia del presidente para poner fin a la discusión y su generosidad en la concesión de la palabra por alusiones por segundo día consecutivo. Lo hizo el pasado miércoles y también estuvo a punto de que se desmandara el pleno.

Pero no fueron los únicos episodios de tensión. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez protagonizaron una escalada verbal en tres fases a costa del rey. El candidato afirmó en su breve intervención de diez minutos que «corrupción es la utilización partidista de las instituciones», en alusión al rechazo de Rajoy a la oferta del jefe del Estado para que se presentara a la investidura. El presidente en funciones replicó en su turno de cinco minutos que «corrupción también es poner las instituciones al servicio de su supervivencia», en referencia a que Sánchez habría aceptado presentarse a la investidura sólo para poner a salvo su liderazgo en el PSOE.

Por lo demás, el debate transcurrió con Sánchez resignado a la derrota porque aunque «la mayoría» del Congreso comparte buena parte, 140 de las 200 pactadas calcularon los socialistas, «van a votar en contra». Con todo, se declaró satisfecho porque ha cumplido su «primer objetivo», romper el bloqueo institucional y poner en marcha «el reloj de la democracia», mas no el segundo, formar gobierno. Pero aseguró que no tira la toalla. A la salida del debate se comprometió a «seguir trabajando desde mañana (por hoy)» para lograr la mayoría de «un gobierno de cambio». Sánchez anunció de esta manera que va a intentar que el rey vuelva a proponerle para una segunda investidura.

Paso que Rajoy sólo va a dar si tiene «los apoyos suficientes» para ganar la votación. «Sólo se presentará si llega a un acuerdo con el PSOE», insisten desde el entorno presidencial, pero ese entendimiento se antoja imposible. Sobre todo después de volver a zurrar a Sánchez en el debate de ayer, en el que de nuevo recurrió al sarcasmo para poner en duda la valía intelectual del candidato.

Pablo Iglesias, en cambio, pareció otro. Del vendaval justiciero del miércoles pasó ayer a ser una brisa amorosa.

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