El fantasma de la corrupción reaparece en el peor momento

Los populares se lo temían y ha ocurrido. El fantasma de Luis Bárcenas ha vuelto a aparecerse en el peor momento. El ‘fin de curso’ en los tribunales, con los jueces trabajando contrarreloj para dejar cerrados temas antes de irse de vacaciones, ha provocado esta última semana un nuevo alud de escándalos de corrupción que salpican al partido en una época especialmente sensible y con las negociaciones sobre la investidura de Mariano Rajoy totalmente abiertas.

«Coletazos de temas viejos», arguyen en Génova 13, pero lo cierto es que la ‘maldita’ imagen del extesorero ha vuelto a copar informativos y portadas cuando las exigencias de «regeneración» en el partido, sobre todo por parte de Ciudadanos, son una constante política.

La agenda de los tribunales —admiten en el PP— viene descolocando todas las estrategias de los populares desde primeros de año, cuando Rajoy intentó formar gobierno tras las Elecciones Generales del 20-D. Y ahora vuelve a pasar lo mismo, pero con el peor personaje posible, aunque la dirección del partido espera que el parón en agosto en los tribunales (mes inhábil en la administración de Justicia excepto para cuestiones urgentes) suavice un poco el ambiente. Un mes para volver a olvidarse, al menos un poco, del ‘espíritu’ del extesorero. Los populares ya eran conscientes de que si llegaban a octubre con las negociaciones abiertas sobre la investidura el inicio del primer gran juicio de la trama Gürtel y el espectro del exsenador iba a «embarrarlo todo».

Lo que no esperaban es que el fantasma de Bárcenas y la destrucción de sus ordenadores estallara en el mes de julio. Y con una carga de profundidad: la decisión de la juez de Instrucción número 32 de Madrid, Rosa María Freire, de situar al Partido Popular a solo un paso de convertirse en la primera formación política que se sienta en el banquillo como persona jurídica.