Rajoy blinda su relación con Rivera como socios al margen de los partidos
Ambos líderes se reúnen para analizar la situación en Cataluña y retomar los Presupuestos.
m. e. alonso | madrid
Mariano Rajoy y Albert Rivera se reunieron ayer en La Moncloa en medio de las tensiones entre el PP y Ciudadanos por la decisión de Inés Arrimadas de no abrir una ronda de contactos para gobernar en Cataluña y esperar a que el independentismo mueva ficha. El presidente del Gobierno busca blindar sus relaciones con el líder de Ciudadanos de las rencillas entre sus partidos, un objetivo fundamental para la estabilidad de la legislatura.
En un clima enrarecido por las disputas postelectorales entre populares y liberales, Rivera acudió a la llamada del presidente del Gobierno para analizar la situación que se ha abierto en Cataluña tras la victoria en votos y escaños de Ciudadanos, la debacle del PP y el mantenimiento de la mayoría absoluta en manos de los independentistas. Sobre la mesa también estuvo la financiación autonómica y los Presupuestos Generales del Estado para 2018, según informaron fuentes del Gobierno y de Ciudadanos.
Rajoy es consciente de que necesita más que nunca la colaboración de Rivera porque Ciudadanos puede caer en la tentación de intentar prolongar su ola ascendente en Cataluña al resto de España y forzar un anticipo electoral. Adelanto que los liberales tienen al alcance de la mano con un grupo popular en minoría parlamentaria y que solo salva los muebles en el Congreso con su apoyo y el de los socialistas.
El primer test para el Ejecutivo será reeditar los mismos apoyos con los que sacó adelante las cuentas públicas de este año. Unas negociaciones que se esperan complicadas y en las que tendrán que pelear cada voto. De ahí, que haya comenzado la ronda de contactos con su socio de investidura, con quien tiene prácticamente cerrado un preacuerdo.
Una cita de una hora y media en la que el presidente del Gobierno y el líder de Ciudadanos coincidieron en la necesidad de que el futuro Ejecutivo catalán respete la Carta Magna y cumpla las leyes para recuperar la normalidad democrática y la convivencia. Como hicieran el pasado octubre ante la insurrección del Ejecutivo de Carles Puigdemont y las fuerzas soberanistas, Rajoy y Rivera volvieron a cerrar filas en torno al 155. El mecanismo constitucional seguirá en pie hasta que haya un nuevo Ejecutivo catalán a mediados de febrero si no surgen complicaciones insalvables en la negociación de la investidura.
La cita se había apalabrado entre ambos dirigentes el pasado 6 de diciembre, durante la recepción en el Congreso con motivo del 39º aniversario de la Constitución, en plena campaña electoral. Rajoy y Rivera estuvieron de acuerdo en hablar una vez se hubieran celebrado los comicios. Lo que no estaba hablado era que Rivera fuera el primero de la ronda de encuentros en La Moncloa, una deferencia motiva en buena medida por el excelente resultado de Ciudadanos en los comicios.