Diario de León

Marcado acento ideológico en el plan de Sánchez para agotar la legislatura

El Gobierno socialista presenta un programa para establecer la frontera entre la izquierda y la derecha.

Pedro Sánchez preside una de las reuniones del Consejo de MInistros. BALLESTEROS

Pedro Sánchez preside una de las reuniones del Consejo de MInistros. BALLESTEROS

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colpisa | madrid

Pedro Sánchez ha diseñado un programa de Gobierno para los dos años que restan de legislatura a medida de la mayoría parlamentaria que hace un mes y medio alfombró su llegada a la Moncloa, moción de censura contra Mariano Rajoy mediante. El presidente del Gobierno tenía dos posibilidades, apoyarse en el PP y Ciudadanos, con el que los socialistas reúnen una amplia mayoría parlamentaria, o consolidar la mayoría tejida a toda velocidad el pasado 31 de mayo. Optó por la segunda alternativa, a pesar del alto riesgo que conlleva poner de acuerdo a un conglomerado de partidos con intereses divergentes en muchos aspectos.

Tras el desfile de los ministros por sus respectivas comisiones parlamentarias en las dos últimas semanas, ha quedado dibujado un programa gubernamental con marcado acento de izquierda y que recoge reivindicaciones tanto de Podemos e Izquierda Unida, como del PNV o los independentistas catalanes, aunque el grueso corresponde a las propuestas programáticas que enarbolaron los socialistas mientras estaban en la oposición.

La precariedad de la mayoría y lo ajustado del calendario han convencido a Sánchez de que debía prescindir de los grandes proyectos y de que debe gobernar con luces cortas. No habrá por tanto ni reforma laboral ni fiscal ni de la Constitución. Son terrenos parlamentarios pantanosos, en los que la mayoría de la moción de censura saltaría por los aires. El PSOE, además, tampoco podría recabar el auxilio de los populares ni de Ciudadanos para construir las mayorías reforzadas que requieren cambios como el de la Constitución.

Son medidas de impacto social que, en la mayoría de los casos, no requieren grandes inversiones y que encuentran eco entre los sectores progresistas. Las iniciativas ahondan en los derechos civiles, tienen un indudable tinte social, recogen demandas ecologistas o atienden los planteamientos de los defensores de la memoria histórica. «Fuegos artificiales para contentar a su parroquia», se quejaba un diputado del PP. Son, en efecto, medidas efectistas, valga la redundancia, que dividen las aguas ideológicas entre la izquierda y la derecha. La política transversal va a tener poca cabida en estos dos años, excepto para los asuntos de grueso calibre como el conflicto en Cataluña.

El gran problema para Sánchez es que solo cuenta con 84 diputados socialistas. Nunca nadie gobernó tan en minoría. El Gobierno tiene asumido que sufrirá derrotas en el Congreso porque sumar a todos los potenciales aliados para todo no será posible.

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