El ajustado margen en las Cortes abre expectativas al regreso de Podemos

La apertura del voto de residentes ausentes abre hoy una expectativa real para modificar el reparto de procuradores autonómicos, que dejó inacabado resultado en urnas el pasado domingo: el elenco está pendiente por la esperanza de Podemos, de contar con un representante en las Cortes de la autonomía por la provincia de León y la opción de Ciudadanos de mantener el segundo representante. Las siglas moradas entran al recuento a 180 votos de lograr ese acta, que ocuparía el secretario general de la formación, Pablo Fernández; si logran enmendar el remate de la noche electoral del 26 de abril, lo harían en detrimento de C,s, que desde el domingo tiene dos procuradores asignados de forma provisional. El siguiente procurador en liza, por el respaldo obtenido tras la apertura de los votos presenciales del domingo es el cuarto representante del PP por la provincia leonesa, ahora a dos actas del PSOE, que logró 6 escaños.

Más alejado de todas estas perspectivas que abre el recuento del voto de leoneses en la diáspora se queda la Unión del Pueblo Leonés, después de matizar en la última convocatoria electoral una recuperación extraordinaria de apoyos que le han devuelto al horizonte de apoyos holgados que disfrutó entre el electorado leonés en los últimos años del pasado siglo y hasta la mitad de la pasada década. La candidatura leonesista se quedó a poco más de un millar de votos de alcanzan el segundo procurador a las Cortes, una distancia que parece inalcanzable por la aportación del voto de residentes ausentes y su dimensión. En concreto, los consulados recibieron 2.145 peticiones aunque se desconoce cuántos de todos ellos han llegado a votar.

Lo que ya está ratificado es que UPL se confirmó el domingo como una de las fuerzas políticas ganadoras en las urnas, al recibir 26.560 votos, ocho mil más que en los comicios de hace cuatro años. Esto sitúa a los leonesistas en una espiral de crecimiento que vuelve al momento en el que el partido empezó a decaer tras perder uno de los dos procuradores en 2011 y pasar de tener más de 56.000 votantes a los 18.325 de 2015, cuando el partido consiguió los peores resultados de sus historia en el arco parlamentario autonómico. Sin este ajuste, el partido habría conseguido en estos últimos comicios el parlamentario más caro en votos de su historia —costó 27.888 votos— después de los 28.194 que requirieron cada uno de los dos procuradores de 2003, cuando el partido obtuvo el mayor triunfo en su historia pese a contar con menos procuradores que en 1999, cuando fueron tres.