Diario de León

El independentismo pierde músculo en víspera de la sentencia del ‘procés’

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m. sáiz-pardo | barcelona

El «ensayo general» con vistas a la gran movilización contra la sentencia del Tribunal Supremo por el ‘procés’ no fue ayer la gran demostración de músculo que quería el independentismo catalán. El segundo aniversario del 1-O no consiguió, ni mucho menos, paralizar a una Cataluña, que, más allá de la veintena larga de manifestaciones que tuvieron lugar por la tarde, vivió una jornada laboral anodina.

Resultó un día muy diferente al 1 de octubre del pasado año cuando este territorio se levantó con muchas de sus vías de comunicación cortadas y las estaciones del AVE tomadas, para acostarse con un intento muy violento de asalto al Parlament. Y es que ayer, los Comités de Defensa de la República (CDR), que habían prometido todo tipo de acciones sorpresa y que parecían más empoderados que nunca tras el encarcelamiento la pasada semana de siete de sus miembros acusados de terrorismo, estuvieron prácticamente desaparecidos, con lo que los incidentes fueron mínimos.

Un aparente pinchazo del independentismo este 1-O que no fue tal, según los responsables de las organizaciones civiles secesionistas. Estos interpretaron, a la vista del escaso eco de sus convocatorias, que sus bases se reservan para poner toda la carne en el asador tras la sentencia del Supremo con días, incluso semanas, de protestas.

Así las cosas, el independentismo, y en particular la Asamblea Nacional Catalana (ANC), lo fió todo a la manifestación de Barcelona que, bajo el lema ‘Lo hicimos y ganamos’, pasó por tres puntos muy simbólicos. Partió de la plaza de Catalunya, siguió por delante de la sede de la Comisión Europea en un claro guiño a las instituciones de la Unión, para acabar en el Instituto Balmes de la calle Pau Claris, uno de los centros de votación donde las cargas policiales fueron particularmente duras el 1 de octubre de 2017.

Pero esa marcha fue un verdadero fiasco, pues solo convocó a 18.000 personas, según los cálculos de la Guardia Urbana y 50.000 según los organizadores, cifras que quedaron muy lejos de los 180.000 que el Ayuntamiento de Ada Colau concedió a la marcha de 2018.

La manifestación de este martes en Barcelona, a diferencia de anteriores marchas, puso el foco especialmente en la Guardia Civil. Los gritos de ‘fuera las fuerzas de ocupación’ y el de ‘vosotros fascistas sois los terroristas’ se repitieron hasta la saciedad en referencia a la operación del instituto armado que ha llevado a los siete radicales independentistas a la cárcel.

Por primera vez también desde el inicio del procés hubo reiterados gritos a favor de la desaparecida banda terrorista independentista catalana Terra Lliure.

Además de Barcelona, hubo manifestaciones en las otras tres capitales catalanas -en Tarragona con el lema ‘Ni olvido ni perdón’, en Lérida con el de ‘Lo volveremos a hacer’ o en Gerona donde hubo una marcha de antorchas-, además de en poblaciones importantes de la comunidad como Igualada, Mataró, Olot, Premià, Reus, Santa Coloma o Villanova i la Geltrú.

Especialmente simbólica fue la marcha que concluyó en las inmediaciones de la cárcel de Lledoners, donde están presos los siete varones encausados por el procés.

Las marchas de la tarde tuvieron lugar solo horas después de que el independentismo catalán más radical también pinchara en el arranque del 1-O, con manifestaciones que apenas congregaron a 300 estudiantes en Lérida o un centenar de personas en Tarragona frente a los edificios de titularidad estatal.

Las prometidas acciones sorpresa de los Comités de Defensa de la República (CDR) quedaron en nada. Ni rastro de cortes de carreteras o vías férreas. Más allá de un escrache fallido en un cuartel de la Guardia Civil, Cataluña vivió una mañana de absoluta tranquilidad. Nada que ver con los incidentes en el primer aniversario del referéndum ilegal cuando aquellos CDR jaleados por Quim Torra con su petición de «apretar» lograron colapsar buena parte del día la comunidad autónoma con innumerables cortes de carreteras y la toma de estaciones del AVE.

El único incidente destacable tuvo lugar en Gerona, donde más de 300 personas, antes incluso de que amaneciera, intentaron rodear la comandancia de la Guardia Civil de Gerona.

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