Pilas de agua vacías, puertas abiertas y fieles con mascarilla

La reapertura de los templos al culto implicará varias medidas contempladas en el Decreto del obispo Julián López, entre ellas, las pilas de agua estarán vacías para evitar posibles contagios, las puertas de las iglesias permanecerán abiertas para que no se toquen y contaminen los tiradores y pomos, y los fieles que acudan deberán hacerlo con mascarilla por higiene respiratoria. Precisamente, se pide a los sacerdotes y a los colaboradores que extremen las medidas organizativas de aforo y de higiene «para realizar las actividades con seguridad y confianza». También se sugiere a las personas de riesgo, mayores y enfermos, que contemplen la posibilidad de quedarse en casa y seguir los oficios por los medios de comunicación.

Se vigilará la desinfección constante de los templos, incluidos los bancos, puertas y objetos litúrgicos. En las medidas de desinfección, la Iglesia propone recurrir al ozono o usar soluciones de lejía y agua oxigenada, nunca rociadas para no dañar posibles obras de arte. No se permiten las procesiones ni novenas hasta que se normalice la situación.