Diario de León

Desescalada

Vídeo | León ya está en fase 1 y la gente se lanza a las terrazas de los bares que hay abiertos

La mayor parte de locales de la capital opta por iniciar la actividad cuando León esté en fase 2

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Los bares de León han debutado esta mañana, tras dos meses y diez días de parón, y la vida en la ciudad tiene ya otro color. No han tardado en llenarse las terrazas y los leoneses se han lanzado a consumir desde primera hora, la del café que ya se había olvidado. La entrada en fase 1 supone un importante punto de inflexión para la reactivación económica y parece que los leoneses, desde el primer minuto, van a colaborar a ello.

«A nosotros lo que nos va a salvar del cierre total es la venta de raciones para recoger en el bar, porque lo que es el servicio de terraza en sí, que en nuestro caso se reduce a tres mesas en esta primera fase, no nos es rentable», admite Marcelino Escudero, propietario de La Sacristía, uno de los locales de ‘culto’ del casco antiguo leonés que hoy alzará la trapa de su negocio más de dos meses y medio después.

De su rostro afable y esa media sonrisa que se le escapa al colarse una vez más detrás de la barra se dejan entrever sentimientos encontrados entre la alegría porque «la pesadilla parece ya lejana» y ese temor que se ha tatuado a fuego en cada alma, pues todavía resta sueño suficiente por delante como para que deje de asustar.

Él es uno de tantos hosteleros que no han dudado un segundo en regresar al tajo en cuanto el Gobierno dio luz verde, pero lo cierto es que una gran mayoría de los bares y restaurantes de la capital continuarán cerrados hasta el próximo mes e incluso hasta bien entrado el verano. Les renta más seguir en Erte que iniciar la actividad. La fase 2 se atisba aún lejos en el horizonte y su llegada se espera como agua de mayo para un sector clave en la economía de la ciudad.

 

Otro de los que intenta impregnarse de optimismo pese a ser bien consciente de que la recuperación «será lenta» y acabará llevándose por delante varios negocios es Tomás Cañón, dueño del León Antiguo Copas. «Hay que tirar para adelante, no te puedes quedar estancado para siempre y ahora mismo es momento de tomar decisiones. Al principio está claro que no será rentable para nadie, pero confío en que irá a mejor». Su local echa raíces en el Cid, otra zona predilecta tocada por los dioses del tapeo. En condiciones normales, Tomás tiene licencia para que más de una veintena de mesas den vida a su particular terraza exterior, pero ahora no le quedará otra que conformarse con la mitad. En cuanto al futuro a corto y medio plazo insiste en que lo ve «complicado» sobre todo «cuando llegue el otoño. Ahora hay mucha gente con ganas de salir a la calle, pero en León todo se apaga bastante con la llegada del mal tiempo y más a la hora de tomarse una copa por las noches».

Sin tiempo limitado
Los hosteleros no pondrán límite de tiempo en las terrazas y apelan a la responsabilidad del cliente

El paisaje tanto en el centro como también en algunos barrios se dibuja más colorido que en las últimas semanas, con la vida que solo sus paisanos y negocios le pueden dar, pero esclavo de la nueva normalidad. En la plaza Mayor hay quienes se afanan por medir, metro en mano, la escrupulosa distancia de dos metros que habrán de mantener sus clientes entre mesa y mesa mientras que en la de San Marcelo llaman la atención las pilas de sillas amontonadas que aún hoy seguirán con su triste ‘lunes al sol’ y justo al lado las compañeras que corrieron mayor suerte. En La Genuina, la mañana dominical se esfumó entre bayetas y cubos de agua. Una puesta a punto necesaria. Lo de ‘desengrasar’ y recibir gente tras el largo parón irá «poco a poco» volviendo a ser normal.

Desescalada
Los propietarios confían en que León alcance la siguiente fase sin tener que esperar dos semanas

Igual de ilusionados estarán desde hoy propietarios, clientes y también aquellos trabajadores que han sido rescatados del expediente de regulación temporal de empleo en el que se vieron inmersos, en el mejor de los males, cuando el coronavirus hizo escala allá por marzo. Es el caso de La Tertulia, en la zona de El Corte Ingles, que hace dos semanas ya viene sirviendo cafés para llevar pero que hoy sacará a la calle una docena de mesas y recupera a dos camareros. «Estoy agradecido al Ayuntamiento por el permiso que nos ha dado para ampliar la terraza», subraya Javier de Paz, propietario del bar. Y es que sin ese ‘gesto’ -insiste- «muchos locales que no estamos en el centro de la ciudad no podríamos abrir nuestros negocios». Unas medidas que tratan de aliviar el impacto de la crisis. Aunque sea a medio gas, Javier tiene «muchísima ilusión» por esta nueva puesta de largo. «Hemos pasado dos meses de penurias y esperemos que vayan llegando el resto de fases sin problema». Como el resto de sus ‘colegas’ de profesión, al margen de iniciar la actividad exterior una de las grandes preocupaciones ahora es cumplir escrupulosamente con las medidas de higiene y seguridad. «Ya hemos desinfectado el local y tenemos todo previsto para garantizar el servicio a nuestros clientes sin que haya riesgos». Nadie se plantea, de momento, poner un tiempo máximo de estancia en las mesas y todos apelan a la responsabilidad y sentido común de la gente. Hacerlo, coinciden, «sería contraproducente». Parecía inalcanzable y habrá que asumir que nada en nuestros bares y restaurantes será lo mismo nunca, pero sin duda alguna lo que se mantendrá inmutable es su carácter social. Las ‘conversaciones de barra de bar’ recobran hoy su esplendor.

La Genuina, en la plaza San Marcelo, prepara su terraza para la reapertura. JESÚS F. SALVADORES

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