Pujol se declara dispuesto a mediar en el conflicto hispanomarroquí

Pujol, que mantiene desde hace muchos años estrechas relaciones de amistad con algunas personalidades del entorno del actual rey de Marruecos, Mohamed VI, piensa que «el Gobierno español y su diplomacia deben de recapacitar, superar trabas y diferencias con sus homólogos marroquíes y establecer nuevos canales de diálogo». Además, pide a las autoridades marroquíes que hagan un «esfuerzo» en la misma línea, aseguran las fuentes consultadas. A juicio del jefe del Ejecutivo catalán, «mantener una actitud distinta, seguir con la cultura del conflicto y el enfrentamiento, sería perjudicial para España y para Marruecos». Por todo ello, Pujol ha dado instrucciones a sus colaboradores más cercanos, a los consejeros de su Gabinete y a determinados protagonistas de la sociedad civil catalana para que «contribuyan a superar el conflicto hispanomarroquí, desarrollen las relaciones económicas, sociales y culturales con el vecino del sur de España y multipliquen los intercambios de todo tipo con Marruecos», apuntan las fuentes del Gobierno autonómico. Jordi Pujol está también preocupado por la evolución política de Marruecos, que desde hace varios años, pero sobre todo desde la llegada al trono del nuevo monarca, en julio de 1999, ha iniciado una compleja transición hacia el Estado democrático y de derecho. Apoyo necesario El presidente catalán y líder de CiU opina que Marruecos es un país muy sensible para el conjunto del Magreb, pero también para los de la ribera norte del Mediterráneo, y su evolución democrática debe de ser «apoyada desde España y Cataluña, sin reticencias ni limitaciones». Así lo suele manifestar Pujol a sus más estrechos colaboradores. En la misma línea, sostienen las citadas fuentes bien informados del Gobierno catalán, Pujol ha manifestado en más de una ocasión en los últimos tiempos que «Marruecos es un país que está evolucionando democráticamente, pero encuentra serias dificultades en su camino y necesita de la ayuda de las democracias europeas en general y de España y Cataluña en particular. No podemos dejar solo a Marruecos, le tenemos que brindar todo nuestro apoyo, porque de su estabilidad social, política y económica depende también la nuestra». Círculos políticos del entorno de CiU y del mundo empresarial y sindical catalán consultados se han manifestado en la misma línea que Pujol y han pedido a las autoridades españolas que hagan un «mayor esfuerzo de apertura y diálogo razonable con Marruecos». La postura mantenida por Jordi Pujol respecto a las relaciones hispanomarroquíes no es nueva. Durante su último viaje a Marruecos defendió el impulso de todo tipo de relaciones.