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El PSOE se vuelca en 9 ‘pequeños’ y en Cs para salvar la reforma laboral

Félix Bolaños ha mantenido esta semana contactos con el vicesecretario de Cs, Edmundo Bal

La ministra, ayer, en Barcelona. QUIQUE GARCÍA

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León

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El plante de Esquerra, EH Bildu, la CUP y el BNG a apoyar la reforma laboral fuerza ahora al Gobierno a tratar de aglutinar un grupo de aliados inédito en esta legislatura a menos de una semana para la convalidación del decreto ley en el Congreso. Mientras en Unidas Podemos siguen remando por salvar la norma con «los socios progresistas», el PSOE maniobra para completar una suma de nueve partidos, Ciudadanos, UPN, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, PRC, Nueva Canarias y Coalición Canaria. Con todos ellos la coalición puede sumar hasta 176 diputados.

Los socialistas juegan sus cartas con pragmatismo y no renuncian a la ‘vía Ciudadanos’. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha mantenido contactos esta semana con el vicesecretario general de la formación naranja, Edmundo Bal, que esta mañana desveló en una entrevista en Onda Madrid que el acuerdo se podría cerrar «la semana que viene». Los liberales se han decantado por el sí, siempre que «no se toque ni una coma» del texto pactado entre sindicatos, patronal y Gobierno para evitar, defienden, «que los socios de Sánchez metan sus manos en esta reforma».

UPN, por su parte, evitó fijar su posición sobre la reforma el pasado 20 de enero, cuando en el Parlamento de Navarra el PSN presentó una iniciativa para apoyarla, mientras que los del PP votaron en contra y los de Ciudadanos se abstuvieron. «No nos obligarán a posicionarnos», zanjó el presidente de la formación navarra, José Javier Esparza. Los socialistas también buscan atraerse a los cuatro diputados del PDeCAT, que se encuentra en una tesitura similar. Desde el partido nacionalista catalán reconocen que «hay buena predisposición» en las conversaciones y, por ahora, tienen claro que no se van a oponer a la convalidación del decreto ley.

Desde Más País y Compromis, formaciones que suman tres parlamentarios, empiezan a dejar atrás sus recelos iniciales de compartir voto con Ciudadanos. Fuentes de la formación valenciana explican que están «entre el sí y la abstención» porque consideran que rechazarla «sería un retroceso». Además plantean acuerdos al margen del decreto para «mejorar las condiciones de los trabajadores», todo ello con el objetivo de, aseguran, «no hacer trastabillar» el nuevo proyecto político de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.

La también ministra de Trabajo no tira la toalla pese a los reveses que está sufriendo. Hoy canceló un viaje a Bruselas para centrarse durante todo el fin de semana en seguir negociando con las fuerzas progresistas que se plantaron el jueves en el Congreso. Desde el entorno de Díaz, sin embargo, no comparten las cuentas del PSOE.

Negociación con ERC y PNV

El Gobierno trató de acercar posturas esta mañana con PNV durante la visita de la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, a Vitoria para confirmar el traspaso de las competencias del Ingreso Mínimo Vital al Gobierno de Vitoria. Una cesión que, sin embargo, los nacionalistas consideran amortizada y no la vinculan a la negociación de la reforma.

El otro frente en esta negociación son los sindicatos UGT y CC OO, que esta mañana aumentaron la presión sobre Esquerra. Sus secretarios generales, Pepe Álvarez y Unai Sordo, se desplazaron a Barcelona para participar en una asamblea con sus bases en Cataluña, en la que defendieron el proyecto propuesto por el Ejecutivo, que calificaron como «un gran acuerdo que no tiene alternativa».

«No avalar la reforma laboral es votar la del PP», afirmaron Álvarez y Sordo en las Cocheras de Sants, un emplazamiento muy simbólico para la izquierda barcelonesa y donde ERC cerró su campaña en las últimas elecciones catalanas. Los republicanos, pese al ascendiente sindical en sus filas, siguen en el no y piden al Gobierno cambios en el decreto.

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