Diario de León

La familia del soldado ahogado pide pena de prisión

Exigen la imputación de toda la cadena de mando y responsabilidades al Ministerio de Defensa

Luis Romero, abogado de la familia de Carlos León Rico. JULIO MUÑOZ

Luis Romero, abogado de la familia de Carlos León Rico. JULIO MUÑOZ

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La familia del soldado Carlos León Rico, uno de los dos militares que falleció ahogado el pasado 21 de diciembre durante unas maniobras en la base cordobesa de Cerro Muriano, anunció este martes que ampliará la denuncia que ya presentó el 30 de diciembre para imputar a toda la cadena de mando de la unidad. Incluidos un teniente coronel y un general de brigada. Además, considera al Ministerio de Defensa responsable civil subsidiario.

El abogado de la familia, Luis Romero, considera que tanto el capitán que dirigía la compañía como sus superiores incurrieron en un delito de homicidio por dolo eventual. Es decir, aunque no pretendían la muerte de los dos militares, no dispusieron los medios necesarios para evitarlas. Este delito está castigado según el Código Penal con entre diez y quince años de prisión. Romero también avanzó que solicitará una vez declare el capitán su ingreso en prisión provisional como medida cautelar.

El letrado desgranó en una comparecencia el cúmulo de despropósitos que se acumularon durante el ejercicio en el que participaron 60 efectivos. El principal de ellos fue la orden del capitán de cruzar un lago artificial de 200 metros cuadrados y con hasta tres metros de profundidad con unas temperaturas que no alcanzaban los cuatro grados y el agua gélida. Tan solo instantes después de que los primeros militares se adentraran en el lago sus compañeros en tierra comenzaron a escuchar los gritos de auxilio. Todos pudieron ser rescatados menos el soldado León y el cabo Miguel Ángel Jiménez, que se lanzó al agua para socorrer al primero. Ambos murieron ahogados. Otro de los militares tuvo que ser reanimado de una parada cardiorrespiratoria y varios más sufrieron hipotermia.

Romero denunció que los soldados no contaban con chalecos salvavidas, en el lugar no había una lancha de rescate y la ambulancia de la base tardó más de un cuarto de hora en llegar.

SSegún declararon varios de los soldados ante la Guardia Civil, algunos de ellos llevaban en sus mochilas una pesa de 3,5 kilos como castigo por haber cometido errores en un ejercicio anterior. Además, esas mochilas, con las que se ordenó cruzar el lago a los miembros de la unidad, no eran estancas, con lo que la entrada de agua habría aumentado aún mas su peso. A ello se sumaron las botas, el casco y el resto de equipamiento que portaban los soldados. En total, cerca de 12 kilos. Tampoco se planificó una línea de vida, un cable dispuesto entre una orilla a otra al que los soldados pueden engancharse en operaciones acuáticas. Sólo había una cuerda a modo de guía pero el capitán dio orden de no agarrarse a ella salvo «en caso de vida o muerte».

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