Diario de León

Sánchez e Illa evitan el cuerpo a cuerpo con Puigdemont por miedo a reforzarlo

Los socialistas suspenden todas las mesas pactadas en la investidura con los independentistas hasta el 12 de mayo

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, clausura el congreso extraordinario con el que los socialistas valencianos abren una nueva etapa bajo el liderazgo de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades Diana Morant. EFE/Andreu Esteban

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, clausura el congreso extraordinario con el que los socialistas valencianos abren una nueva etapa bajo el liderazgo de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades Diana Morant. andreu esteban 

Publicado por
Paula de las Heras
Madrid

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«Nosotros vamos a estas elecciones contentos y se nos nota», dicen en el entorno de Pedro Sánchez. En el Gobierno y en la dirección del PSOE insisten en que, pese a las acusaciones vertidas en los últimos días por Junts, en su ánimo nunca estuvo provocar un adelanto electoral en Cataluña para que Carles Puigdemont no pudiera competir en igualdad de condiciones. Recuerdan, de hecho, que ellos fueron los únicos que apoyaron los Presupuestos con los que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, pretendía aguantar la legislatura. Sin embargo, una vez convocadas las urnas, aseguran afrontarlas con el mayor de los optimismos.

La cita electoral del 12 de mayo no es una más. Pedro Sánchez se lo juega prácticamente todo, pero en el entorno del jefe del Ejecutivo sostienen que más que un riesgo ven en ellas su «oportunidad» de demostrar que las políticas desplegadas a lo largo de los últimos cuatro años, en los que su necesidad de recurrir a socios como ERC, primero, y Junts, después, les ha llevado a pactar medidas controvertidas como los indultos y al amnistía al ‘procés’, han sido una apuesta «valiente y acertada».

La estrategia para evitar engordar las posibilidades de Pere Aragonès, que sigue apareciendo como segundo en muchas encuestas, y sobre todo de Carles Puigdemont, que el jueves anunció su candidatura con la esperanza de ser investido gracias al olvido penal, ya está en marcha. Consiste en evitar la confrontación que ambos buscan. «Va a ser un todos contra Illa», dicen.

No entrar en el cuerpo a cuerpo pasa por ignorar, como hizo el viernes Sánchez, los mensajes poco conciliadores del expresident, que desde la ciudad de Elna, al sur de Francia (Catalunya Nord para el secesionismo), se vanaglorió de haber arrancado al PSOE el reconocimiento de que el Estado cometió un «gravísimo error» al llevar a los responsables del ‘procés’ a los tribunales y anunció que volverá a recurrir a la vía unilateral para conseguir la independencia si el diálogo fracasa. También implica no responder con un sonoro portazo, pese a no contemplarla, a la propuesta de un concierto a la vasca para Cataluña, planteada el pasado miércoles por Pere Aragonès. Algunos barones socialistas, como los dos presidentes de autonomías que forman parte del régimen común, Adrián Barbón y Emiliano García-Page, o Juan Espadas sí fueron contundentes. El exalcalde sevillano incluso replicó a través de ‘X’ al jefe del Govern que «el nuevo modelo de financiación o será fruto de un acuerdo equilibrado entre todos con el Gobierno de España o no será», pero ni el propio Illa ni el Ejecutivo entraron a fondo en el asunto. «Si quiere la derecha, que les haga la campaña -argumentan en Moncloa, plenamente coordinados con el PSC-. Nosotros haremos la nuestra y hablaremos de la sequía, la educación, la reindustrialización...»

El mensaje que se pretende hacer calar es el de que, gracias al coraje socialista, el ‘procés’ es cosa del pasado, que se ha pasado del conflicto permanente a la normalidad, aunque la legislatura lleve desde sus inicios condicionada por las exigencias y órdagos de Junts y los republicanos. Por lo pronto, de aquí a después del 12 de mayo tampoco se celebrará ninguna de las reuniones de las múltiples mesas recogidas en los pactos de investidura. No solo, como se anunció el viernes, quedan en suspenso la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Tampoco las que el PSOE abrió bajo la supervisión de verificadores internacionales, por un lado con Junts y por otro con ERC. Los socialistas no han informado hasta ahora de lo allí tratado, pero ya se han celebrado cuatro en Ginebra con Puigdemont y tres, en lugar innoto, con los republicanos.

El mantra

Pretenden que cale el mensaje de que el procés es cosa del pasado gracias al PSOE
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