La CIA intenta asesinar a Sadam

Disparar la bala de plata que acabará con Sadam no está en manos del ejército norteamericano sino en manos de la CIA. Desde hace meses «fuerzas especiales», como las define el Pentágono, se encuentran en suelo iraquí. Ellas fueron las encargadas de preparar el terreno para la llegada del ejército y de hecho fueron las primeras en entrar en acción horas antes de que comenzara la guerra. La información que suministraron antes del ataque fue clave para que la estrategia de «conmoción y pavor» cambiara a favor de bombardeos selectivos concentrados en aniquilar a Sadam y sus asesores cercanos, aunque finalmente no tuvieran éxito. En la última semana estos grupos de paramilitares, entrenados por la Inteligencia norteamericana con las más elaboradas técnicas para el asesinato, han intensificado la presión sobre el círculo de élite que rodea a Sadam Hussein, en un intento por disparar esa bala certera que según el Gobierno, provocaría el derrumbamiento inmediato del régimen. La resistencia encontrada entre las filas iraquíes ha aumentado las expectativas puestas sobre ellos, ya que cuanto antes se alcance el objetivo «derrocar a Sadam», menos probabilidades habrá de que la guerra se prolongue. Los mismos paramilitares que protagonizaron la triste historia de guerras sangrientas y sucias en América Latina son los que ahora ponen coches bomba y disparan con armas de alta precisión en Irak, siendo responsables de más de uno de los fuegos que se ven a diario en Bagdag, según informaba ayer el Washington Post. También ellos son los encargados de entrenar a grupos de rebeldes en el norte y de interrogar a los prisioneros de guerra.