Periodistas: objetivo militar

La organización de defensa de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras (RSF) acusó ayer al Ejército estadounidense de haber tomado, «deliberadamente y sin advertencia», a los periodistas como objetivo militar y exigió en una carta dirigida al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que Washington demuestre que las fuerzas estadounidenses no atacaron intencionadamente ayer las posiciones de los periodistas. Asimismo, en una carta dirigida al general Tommy Franks, que desde Qatar dirige las operaciones militares en Irak, Reporteros sin Fronteras manifestó su indignación por los bombardeos que ayer por la mañana alcanzaron las oficinas de los canales árabes Al Yazira y Abu Dhabi TV en Bagdad, causando la muerte a un periodista e hiriendo a otro. «Estamos consternados por la gravedad de los ataques estadounidenses contra los periodistas», declaró el secretario general de RSF, Robert Ménard. «En un solo día, han muerto tres periodistas por disparos del Ejército norteamericano en Bagdad. Se sabía que los lugares que fueron elegidos como blancos para los ataques albergaban a los periodistas, que se trataba de las oficinas de Al Yazira o del célebre hotel Palestina», prosigue. «Las imágenes rodadas por la cadena de televisión francesa France 3 y los testimonios de varios periodistas indican que la situación era muy tranquila en el momento de los hechos y que el carro de combate estadounidense se tomó su tiempo, esperó dos minutos y ajustó su cañón antes de disparar contra el hotel. Estos datos desacreditan la versión estadounidense de que se trató de un disparo defensivo», prosiguió Ménard. El comandante de la Tercera División de Infantería estadounidense, el general Buford Blount, reconoció que un carro de combate americano efectuó un disparo contra el hotel en respuesta a un ataque de que había sido objeto desde el edificio. Respecto a Al Yazira, RSF asegura que, con el fin de garantizar la seguridad de sus periodistas desde el comienzo de la guerra, la dirección del canal Al Yazira ha procurado en todo momento informar a los norteamericanos, desde que comenzó la guerra, de la localización exacta de sus equipos en Bagdad. «Por tanto, el Ejército norteamericano no puede pretender que no sabía dónde se encontraba la oficina de Al Yazira en Bagdad», advierte Ménard. «¿Se hizo siquiera una advertencia a los periodistas, para prevenirles de la inminencia de los disparos?», se pregunta el secretario general de RSF. «El final era previsible»: la muerte de otro periodista en una guerra «que está resultando extremadamente asesina para los profesionales de los medios de comunicación», añadió. La organización ha pedido a Tommy Franks que abra una investigación seria e independiente, para establecer las responsabilidades y las razones que han llevado a este drama. Un periodista de Al Yazira que hace varios días se encontraba en Bagdad, declaró a Reporteros sin Fronteras: «No puede tratarse de un error, por la simple razón de que, por una parte, Al Yazira había informado al Pentágono de la localización de todas sus oficinas en Irak y, por otra, hemos colocado enormes banderolas en la fachada de nuestras oficinas, con la inscripción ''TV''». «En estos momentos, podemos sospechar y acusar al Ejército norteamericano de haber tomado, deliberadamente y sin advertencia, a los periodistas como objetivo. Es el Ejército estadounidense quien debe aportar la prueba de que no se trató de un acto intencionado encaminado a disuadir e impedir a los periodistas seguir con su trabajo en Bagdad», prosiguió.