Washington inicia su discurso contra Siria, el siguiente enemigo de la lista

Varios analistas en Estados Unidos han comenzado a referirse al actual conflicto en Irak como «batalla» en lugar de «guerra». Cada vez queda más claro que la invasión del país árabe forma parte de una campaña mucho más amplia del Gobierno de George Bush para tratar de erradicar a los gobiernos que, según la Casa Blanca, podrían apoyar atentados contra Estados Unidos parecidos a los del 11 de septiembre del 2001. Primero fue Afganistán, luego Irak y ahora todo indica que el siguiente en la lista será Siria. Después de que la semana pasada el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, lanzara serias advertencias al Gobierno sirio por colaborar con los iraquíes, su subordinado inmediato, Paul Wolfowitz, afirmó el domingo que «tiene que producirse un cambio en Siria». Pero a diferencia de lo que está sucediendo con el régimen de Sadam Huseín, los principales asesores de la Administración Bush quisieran que en esta ocasión el ansiado «cambio de Gobierno» en Siria se produzca por medios pacíficos en lugar de volver a recurrir a una acción militar. Ningún funcionario de la Casa Blanca ha expresado aún cómo pretende que se produzca esa «transición pacífica», pero muchos creen que una conclusión favorable de la guerra en Irak podría crear las pautas para que eso ocurra. «Creo que muchos países, entre ellos Siria, entenderán con esta guerra el mensaje de que es mejor entenderse de forma pacífica con la comunidad internacional, que no deben adquirir armas de destrucción masiva y que no deben utilizar el terrorismo como instrumento de política nacional», advirtió Wolfowitz. Ejemplos persuasivos Las advertencias de Rumsfeld a Siria han multiplicado en días recientes los comentarios de varios integrantes del Gobierno, en una señal de que ya se está preparando a la opinión pública para la próxima campaña. James Woolsey, un ex director de la CIA que podría ocupar un puesto prominente en el nuevo Gobierno iraquí, dijo en una conferencia en la Universidad de Los Ángeles que el Gobierno «fascista» en Siria debería ser remplazado. Por su parte Richard Perle, uno de los principales asesores de Rumsfeld y uno de los mayores partidarios de la invasión de Irak, declaró que «Siria es un país rehén de varios grupos terroristas y no lo esconde». No obstante, agregó: «Hay muchas maneras de obligar a un Gobierno a cambiar y espero que los ejemplos de Irak y Afganistán serán lo suficientemente persuasivos». Queda claro que estas nada sutiles advertencias están fraguando el discurso para lo que se pondría considerar como «la batalla de Siria», la cual, según los analistas, sólo puede prefigurar otra siguiente, la de Irán.