Ayudas para los países que persigan a los terroristas

Aznar planteó la necesidad de facilitar la financiación y el apoyo a los países que deben afrontar el problema del terrorismo. De ahí el importante papel del Banco Mundial y del G-8 a la hora de financiar estos proyectos de perseguir a quienes practican el terror en los distintos países afectados. De este nuevo instrumento de cooperación internacional podría beneficiarse, por ejemplo, el nuevo gobierno palestino de Abu Mazen, en su labor de erradicación de las guerrillas terroristas, establecida como requisito para avanzar en el proceso de paz definido en la «hoja de ruta» del Cuarteto de Madrid (EEUU, ONU, UE y Rusia). Aznar no olvidó mencionar el conflicto árabe-israelí en su intervención ante el Consejo de Seguridad y defendió este proceso de paz. España también quiere conseguir que la ONU se convierta en un elemento de proyección de las nefastas consecuencias del terrorismo y la denuncia de sus secuelas. Para ello, propone la institucionalización de un foro para «dar voz a las víctimas del terrorismo». Antes de reunirse con los miembros del Consejo de Seguridad para hablar de la lucha antiterrorista, el presidente se entrevistó con el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, para hablar de este mismo asunto, la reactivación del proceso de paz en Oriente Próximo, la reconstrucción de Irak y el Sáhara. Concluyó la jornada con una recepción a la colectividad española y una visita a la exposición Matisse-Picasso en el Museo de Arte Moderno.